12. Érase una vez

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—¿Quieres una novia? —le interrogó la azabache sin discreción alguna

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—¿Quieres una novia? —le interrogó la azabache sin discreción alguna.

Zen la miró alzando ambas cejas con sorpresa, la respuesta era un evidente , pero quizás admitirlo frente a la nueva chica que acababa de conocer lo ponía un poco nervioso.

—... ¿Tal vez? —rió—. Pero no... o sea, no me mal entiendas... eres muy linda pero... no es que esté necesitado... —rascó su nuca, ladeando un poco la mirada.

Ella sonrió por su fallido intento de explicación.

No comprendió el motivo de su repentina timidez, por lo poco que había estado escuchado, no había hallado nada de malo en querer tener una relación, le sonaba como algo bonito.

Era algo exótico para ella.

«Un vínculo distinto a la amistad, con atracción de por medio»

El sentimiento le llamaba la atención de sobremanera, pero no podía hacer nada para experimentarlo, ¿cómo? Sólo hoy lo conoció, y seguía sin entenderlo completo.

Fijó su mirada en la chica de lentes que había llegado pocos segundos antes —dejando los dos vasos de líquido en una mesita— y habló, haciendo la pregunta que tanto le comía la cabeza.

—Jaehee, hay algo que no entendí en lo que me dijiste antes —la antedicha la observó, esperando la duda— ¿Qué es esa «atracción sexual» que habías mencionado? —hizo comillas, ladeando su cabeza.

Todos reaccionaron distinto.

El rubio y el albino recordaron que en una conversación, los de anteojos mencionaban algo acerca de alguien que conocían había perdido la memoria. Entendieron que se trataba de ella, pero no pudieron disimular sus gestos.

La castaña soltó un suspiro, con un tenue sonrojo posado en sus mejillas. Una pequeña sonrisa quiso escapar de sus labios, así que con sus nudillos cubrió la zona. Yoosung se rió avergonzado, entreabriendo la boca y ampliando un poco más sus ojos. Zen la miraba queriendo decir algo, reprimiendo una leve sonrisa ladina, y entornando los ojos por la situación. Aquellas expresiones que dieron, tensaron el ambiente en que se hallaban, pero aún faltaba el último. El pelirrojo sólo soltó una carcajada sonora sin contenerla ni un poco, aliviando levemente el escenario.

Les dió ternura, aunque los agarró por sorpresa.

—No pensé que no recordaría de ese tema —se preocupó Jaehee a pesar de las risas.

—¿Hay algo malo con que pregunte? —indagó con cierto nivel de fastidio al percatarse de las respuestas corporales de los chicos.

Sólo quería saber, saciar su hambre de conocimiento.

En un minuto lo razonó, quizás los demás tenían una buena causa para reír así. Tal vez para ellos era algo de lo más común en ese mundo y ella era la que se estaba pasando por molestarse con tan poco.

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