El interés de la pelinegra hacía que sus cejas se mantuviesen alzadas mientras inspeccionaba en detalle su nueva habitación. En contraste con el resto de la casa, esta estaba repleta de tonalidades blanquecinas y cremas, siendo muy poco llamativa, quizás era lo que menos destacaba dentro de la residencia del pelirrojo; por lo que había visto la muchacha hasta el momento. Era justo como si se tratase exclusivamente de un cuarto para invitados extra que tenía el chico.
Dejó la mochila con cuidado sobre el claro acolchado que estaba a la izquierda de la entrada. A esa hora del día, aún había luz solar, así que no había necesidad de prender las luces, pues una ventana de un diseño simple y práctico situada en una alta parte de la pared alcanzaba para iluminar bastante. Al término de su estudio visual, exhaló un largo suspiro que tenía como fin aliviar un poco la tensión de sus hombros. Y sin pensárselo dos veces, cerró la puerta y se tumbó en la cama, quedando con la vista hacia el techo; lo único que quería en ese instante era ordenar sus pensamientos.
Él los estaba ocupando.
No comprendía por qué Seven se acercaba tanto a ella, no le molestaba en absoluto, de hecho, todo lo contrario; le gustaba mucho tenerlo cerca. Pero, ¿cuál sería la razón? Se preguntaba, pues su cerebro no daba para tanto ese minuto. Eran amigos, eso estaba clarísimo, sin embargo; ella no entendía nada, solo actuaba por impulso. Justo como él.
Sin embargo, ese último abrazo fue extraño. Una sensación desagradable inundó el pecho de la muchacha dificultándole la normalidad de su respiración, un ápice de inseguridad por el fugaz presentimiento de que Seven querría alejarse de ella después de lo ocurrido. Creyó aquello fácilmente, como si con ese acercamiento tratase de distanciarse un poco. Al inicio había sido rodeada con un agarre relativamente firme, mas, se fue suavizando tanto que se le hizo raro. Como si quisiese soltarla e irse, sin volver a atraparla entre sus brazos.
Imaginárselo era angustiante.
De todas formas lo sabía, era consciente de que Luciel podría hacer cualquier cosa sin tener que deberle explicaciones, lo mismo para ella. Sabiendo eso, ¿por qué le dolía? ¿Por qué había un nudo en su garganta? Hasta que luego de cerrar los ojos y reflexionar con cuidado, lo entendió, se dio cuenta de que todo venía de más adentro. La sensación de ahogo que tenía era producto de una verdad inminente, de una realidad indeseada que había decidido inconscientemente ignorar. Porque ella tendría que irse con el paso del tiempo, dejando en su pasado a todo y a todos, incluyendo al pelirrojo.
Abandonaría cada segundo vivido con la gente de allí, lo peor era que ni siquiera tenía la certeza de si en algún futuro los volvería a ver.
Era un sentimiento asfixiante y desagradable, más que nada; sofocante.
Pasó una fracción de segundo para que la cabeza de la azabache se llenase con dudas que llevaba guardándose de su universo. ¿Cómo funcionarían las cosas sin ella? ¿Sería todo igual? ¿Qué estará haciendo Danni? Poco a poco empezó a contestarse a sí misma sus preguntas, infiriendo con sus conocimientos las respuestas. No habría mucha diferencia a cuando estaba ella a la actualidad, prácticamente todo seguiría su mismo curso, y la castaña de número Ocho; continuaría con lo de siempre, sin desviarse.
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connected ;; saeyoung
FanficPorque nuestra conexión es más fuerte que ese forzado vínculo. ¿Qué importa que seas de otro mundo? Nuestro lazo es único, especial y adictivo. ══════ • Fanart de la portada: @Reii_70707 en twitter.