Porque nuestra conexión es más fuerte que ese forzado vínculo.
¿Qué importa que seas de otro mundo?
Nuestro lazo es único, especial y adictivo.
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• Fanart de la portada: @Reii_70707 en twitter.
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Cassy dejó fluir a través de sus labios un suspiro inquieto acompañado de un mayor aumento en su temperatura corporal. Llevó sus dedos hacia la parte superior del vestido y desabotonó desde el pecho hasta el ombligo todo el camino que marcaban los botones. Levantó la tela inferior que cubría sus piernas, quitándoselo completo por encima de la cabeza de forma un tanto torpe.
Le dolió el cuello.
Seven dejó ambos brazos alzados a los lados, apartándose momentáneamente de la muchacha mientras contenía una risa por el rostro molesto que dio la fémina al terminar. Quiso dar un sutil comentario acerca de su aspecto, porque apenas la vió solamente con dos piezas encima; se sonrojó.
A veces maldecía su cabeza por sus pensamientos tan inadecuados.
—Woaah —expresó pestañeando repetidas veces—, te... te ves muy bien...
Tragó saliva, avergonzándose de sí mismo.
Ella se cohibió un poco y bajó la mirada, sin embargo, ladeó una sonrisa involuntaria fuera de la vista del pelirrojo.
—... Gracias.
Luciel inhaló profundo, intentando deshacerse de aquella vergüenza. Avanzó con determinación hacia la posición de Cassy sin pensarlo, y la volvió a atrapar, pero esta vez la sostuvo firme, sin dejar que tocase el piso, con uno de sus brazos en la parte de atrás de las rodillas y el otro por la espalda.
Ella juntó sus manos en su pecho, atontada por el rápido movimiento del chico.
Fue como en las películas que había visto de ese mundo, tanto como las de princesas, como en las románticas.
Sus mejillas se tornaron rosáceas y sus ojos buscaban una escapatoria.
—Seven... —murmuró escéptica, entornando los ojos.
Al oírla, él sólo liberó una risa traviesa, divertido por la situación. Dio pasos apresurados hasta el agua, mordía su labio con concentración y sus latidos estaban extrañamente acelerados. Se lanzó sin razonarlo, ambos juntos, sin separarse de ella en ningún instante. Cassy cerró los ojos ansiosa por sentir el impacto, y lo experimentó, vivió en carne propia lo helada que podía llegar a ser el agua de vez en cuando.
Los dos habían quedado sumergidos, y al poco tiempo, aparecieron por la superficie, respirando aceleradamente.
Él la soltó con cuidado, para dejarla a una distancia prudente. Sus rojizas pestañas estaban adornadas con gotitas de agua que lo incomodaban, así que cerró sus ojos y pasó sus dedos por las zonas, quitándolas.
—F-fría... —calificó la azabache con dificultad gracias al castañear de sus dientes.
Abrazó sus codos temblando producto del frío que la rodeaba. A pesar de el sol pegase directamente sobre la superficie líquida y no existiese una corriente muy intensa, la frígida agua no se regulaba todavía.