Porque nuestra conexión es más fuerte que ese forzado vínculo.
¿Qué importa que seas de otro mundo?
Nuestro lazo es único, especial y adictivo.
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• Fanart de la portada: @Reii_70707 en twitter.
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Lo último que Cassy podía recordar eran los distintos gestos en los rostros de cada uno de los chicos. Yoosung se veía demasiado feliz al mencionar a la nueva chica, así que Seis supuso que le agradaba mucho. Zen estaba normal, sin mostrar de sobremanera sus emociones, sólo con una sonrisa ladina deseando que ambas se llevasen bien. Y Seven, que se había quedado enterrado bajo una nube de pensamientos que lo distrajeron, así que se mostraba un poco serio e inexpresivo.
A la azabache le pareció raro, pero no hizo preguntas al respecto.
Y los días continuaron su curso, hasta que junto a Jaehee fue a un restaurante a almorzar. Ambas chicas esperarían a otros dos invitados que querían conocer a la de iris negros. Se había dado la posibilidad de hablar inicialmente por el móvil, pero la rubia se sintió tan ansiosa que ella misma había encontrado la forma de organizar una reunión.
Y la de ojos negros quedó maravillada con todo lo que veía.
El lugar era abstracto, su arquitectura no seguía un patrón establecido. La misma entrada tenía una forma singular, no precisamente un rectángulo como puerta, era un poco más ladeada, formando un rombo. La gama de colores tampoco seguía una sola línea, las mismas sillas eran de distintas tonalidades degradadas.
Llamativo como Seven, pensó involuntariamente.
Por alguna razón que desconocía, Cassy movía su pierna rápido con nerviosismo.
La de anteojos se percató de eso, y decidió calmarla un poco.
—Son muy amables —comentó—, no es nada malo.
La pelinegra estaba comenzando a sentir sus manos temblar levemente. Le era imposible quedarse quieta, por más que lo intentara.
Sin embargo sonrió, leyendo entre lineas las intenciones de su querida amiga.
Jaehee reflexionó en su subconsciente si revelarle el motivo para invitarla a quedarse con ella al momento de conocerla. Era simple y a la vez complejo, pero quiso darle una explicación. Creyó que diciéndoselo se calmaría aún más.
—Sabe... la primera vez que la vi, se me hizo parecida a Rika —rió sutil—. Es algo impropio de mí confiar así en alguien desconocido, pero ahora puedo asegurar completamente que usted no tiene malas intenciones.
Ella ladeó la cabeza analizando detenidamente cada palabra de la castaña. Pensó que tal vez ella y Rika tenían ciertas similitudes físicas. Aunque eso lo comprobaría cuando ellos llegasen.
El sonido de una campanilla rompió el ritmo de los pensamientos de Cassy, su atención se desvió a la puerta cristalina. Gente venía atravesándola, y notó al instante de quienes se trataban.
Eran ellos.
Su deducción anterior fue errónea, ni siquiera un tanto certera. Las apariencias de ambas mujeres eran demasiado diferentes. Seis poseía unos iris tan oscuros que no dejaban ver sus pupilas, y un cabello tan uniformemente negro que asemejaba al vantablack desde lejos. En contraste, Rika era rubia, un pulcro color chillón que combinaba a la perfección con su aura angelical, al igual que sus ojos, un verde claro pero a la vez bien pigmentado que expresaba un brillo encantador. Por último, detrás de ella venía V, el chico que la acompañaba. Tenía un extraño tono pelimenta que llamó la atención de la chica, pero ese instante fue corto. De un momento a otro, toda su concentración se fue directamente a la sonriente rubia.
