North Collan a veces parecía tener vida. Un leviatán que se devoraba las almas que el diablo le proporcionaba y que rugía de gusto al ser bañado en sangre. Derek no odiaba North Collan; era su pequeña mascota.
-Hmmm- Tarareó entre sueños al sentir un frío contacto en la piel de su cuello.
Se removió abriendo sus ojos perezosamente mientras con su mano bajo las mantas tiraba del pequeño cuerpo de su cordero para que se apegara más a él. La nariz de Stiles, sonrosada en su punta y helada debido a la crueldad de la estación había sido la causante de la privación de su sueño.
Ya habían devuelto el suministro de Luz por lo que en cualquier momento sonaría la irritante alarma a través de las bocinas de la prisión. Se pasó una mano por el rostro, restregando sus pestañas para eliminar los restos de sueño que persistían en él. Bufó y se aclaró la garganta, sopesando la urgente necesidad de un sorbo de agua para aplacar
la sequía en sus cuerdas vocales. Quizás no debería haber gritado tanto la noche anterior, y todo porque a su cordero rebelde le había dado con que Derek andaba sacudiéndosela con otros putos.El problema real era que Stiles aún tenía dolores persistentes en su caja torácica debido a la lenta recuperación de sus costillas y ni hablar de su muñeca que aún permanecía inmovilizada. El ambiente de North Collan no era el más indicado para un paciente en recuperación y Derek no iba a malditamente arriesgarse. No quería terminar con su polla ensartada en un saco de huesos rotos y lágrimas. Eso jodía a Hale porque si, debería haber hecho las cosas que su compañero de celda le reclamaba, dejar de ser un puto amariconado y follarse a otro para sacarse la calentura de su sistema. Pero no lo había hecho.
¿Por qué?
Porque Stiles estaba jodiéndole los sesos. Tan simple como eso.
Salió de la cama con cuidado. El frío ya era algo aclimatado en él, por lo que las bajas
temperaturas no lo afectaban como a los más nuevos. Esa mañana en particular su estómago gruñía por la falta de alimentos. Tomó una de las rebanadas de pan que Stiles tan cuidosamente racionaba y se la llevó a la boca estando de pie, con sus ojos fijos en aquel pequeño bulto durmiente.-Stiles- Quiso despertarlo.
Estaba malditamente enojado con el mocoso. Por su culpa había terminado botando su bandeja con comida y yéndose a dormir con el estómago vacío. Lo mínimo que podía hacer ese cordero desagradecido era prepararle un desayuno decente.
-Hm- Stiles gruñó en respuesta y siguió durmiendo.
-Pequeña mierdecilla insolente-. Bufó.
Se acercó y corrió las mantas de la cama, provocando que el ojimiel se encogiera al sentir el frío colándose por sus ropas. Lo vio abrir los ojos, aun levemente hinchados por las lágrimas que derramó en la discusión de la noche anterior.
-¿Qué ocurre?- Preguntó con su dulce voz suave. Esa que hacía la sangre de Derek hervir.
-Ocurre que estoy endemoniadamente hambriento y como es tu culpa. O me preparas algo de comer o te juro que tendrás dos nuevas costillas rotas para presumir- Supo que sus amenazas no estaban dando resultado cuando Stiles rodó los ojos y estiró los brazos en busca de un beso caprichoso -Tú lo que eres, es una puta mierda sinvergüenza- Se inclinó y con una rodilla sobre la cama, apoyado con ambas manos sobre el colchón, guió sus labios a los de Stiles y los movió en un beso suave y ligero. Abrió los ojos al sentir como este sonreía en el beso. -Aun no perdono tu escándalo de anoche y te apesta la boca- Se apartó y fue en busca de un vaso de agua.
-Me duele la cabeza- Susurró el castaño médico llevándose ambas manos a la frente con un amago de dolor. Su entrecejo fruncido y sus labios en un rictus acerbo.
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Prisionero (adaptación)
RandomCuando Stiles Stilinski escuchó la sentencia del jurado, el mundo se desmoronó ante sus fanales vidriosos e índigos. Condenado a cinco años de prisión por una negligencia médica que no cometió, fue trasladado hasta una prisión de máxima seguridad. ...