~¡Eh, guapo! ¿Los ángeles como tú tienen nombre?.
~Arranca pollas. Nos nombran en base a nuestros dones.
Theo sonrió. Su cuerpo entumecido en el suelo, soltando pequeños espasmos debido a la gran cantidad de heroína en su sistema.
Ambiguos recuerdos enturbiados por su miserable condición se bifurcaban por su cabeza.~Sabes algo, no me vienen los tíos... Pero por ti hermoso, haría una excepción.
~Venga, que ni has visto mi polla y ya la quieres en tu culo, eh. Con guarros como tú, las putas quedan sin trabajo.
Tenía un exagerado acento y la forma en que siempre tarareaba sobre el cuello de Theo antes de quedarse dormido.
~¿Te gusto acaso? Porque tienes la típica pinta de chulito insoportable que se cree muy macho por follar solo con mujeres.
La manera en que sus mejillas siempre se pintaban de rosa y cuando gimoteaba como un niño consentido enojado por cualquier estupidez.
~Tú y yo, Theo... Somos tan distintos que cuando estamos juntos, encajamos perfectamente.
Su rubio loco... Niñato insolente que vivía en una maldita prisión como si fueran las vegas y él un adolescente con una tarjeta bancaria sin límite.
Jackson era distinto, no necesitaba nada del mundo; podía crearse uno propio. Raeken había caído profundo por eso. Tan fiera y a momentos tan dulce. Theo jamás podía anteponerse a sus acciones, el rubio siempre conseguía sorprenderlo.
Y su despedida no había sido la excepción...
~No voy a llorar, maldito hijo de puta. No pienso llorar delante de ti... No pienses que por salir de este hoyo vas a olvidarme. No pienses que yo voy a olvidarte. Me llevo lo que es mío, me llevo tu puto corazón y juro que no voy a devolvértelo jamás.
Y Theo no respondió.
Jackson tenía razón y Theo jamás iba a pedir su corazón de vuelta. Preferiría morir antes de hacerlo;
Sin fé y destrozado.
Cayendo, hundiéndose...
Nunca supo cuánto dolor podía llegar a sentir un humano antes de enamorarse.
¿Por qué las personas querían enamorarse?
Absurdo.
Era dolor, solo dolor.
Era el deseo de sentir dolor, porque sin él... No se sentiría vivo.
Ya no se sentiría vivo.
- - - - - -
Stiles lavó su rostro, tratando de contener la respiración en aquel baño de mala muerte.
Descascaradas paredes rayadas, dos reos inhalando neopreno en un rincón y un sollozo desgarrador al interior de un cubículo; seguramente otro eslabón débil.
El reflejo en el espejo torturaba su cabeza. La imagen de Jackson llorando, de Theo en el suelo; sonriendo.
Las últimas palabras del príncipe, del mejor amigo de su dueño.
Una frase simple, torpe y sin sentido. La realización de que el amor no siempre era un regalo; algunas veces era una maldición.
~El amor mata.
¿Lo hacía? No podía negarlo.
El moriría por Derek y su dueño mataría por él.
Salió de aquel maloliente lugar y a paso débil destinó su trayecto, a la celda donde seguramente encontraría a Derek. El nudo en su garganta le hacía difícil tragar, el escozor de sus ojos por las lágrimas derramadas hacía que quisiera tumbarse en algún rincón de North Collan y simplemente dormir.

ESTÁS LEYENDO
Prisionero (adaptación)
RandomCuando Stiles Stilinski escuchó la sentencia del jurado, el mundo se desmoronó ante sus fanales vidriosos e índigos. Condenado a cinco años de prisión por una negligencia médica que no cometió, fue trasladado hasta una prisión de máxima seguridad. ...