9. Esperanza y ojos de serpiente (Borrador)

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Tora llevó a Kanzaki a la enfermería al ver que no despertaba tras caer de la escalera. Lo cargó con mucha delicadeza, como si fuese lo más preciado que tenía.
Y ahora ahí estaba el chico pecoso, con los ojos cerrados, acostado en una cama.

—¿Está dormido?— preguntó el castaño a la doctora que estaba con él. No quitaba su mirada de Kanzaki.

—Sí. Es por el cansancio. Levantar ese bote de pintura acabó con todas sus energías y se desmayó por no comer suficiente. Déjalo descansar y cuando despierte, lo atenderé.

La mujer de bata blanca se marchó en busca de algo y Katsuragi se quedó a solas con Kanzaki. Éste aún seguía dormido.

"No debí dejarte solo", pensó el castaño. "Lamento no haber estado ahí"

Se quedó mirando el rostro del chico. Estaba algo pálido, pero se veía muy tranquilo al dormir.
Katsuragi no tardó en pasear sus dedos sobre las mejillas pecosas de Kanzaki y comenzar a acariciarlas poco después.

Despacio, rozó las yemas de sus dedos con esa suave piel blanca. Acarició un poco la parte intermedia de su oreja y la franja de su cabello, sonriendo ante la sensación.
Al tocarlo, podía sentir la respiración de Shinomiya, tan profunda y relajada. Y no pudo evitar clavar su vista en los labios de Kanzaki. Sintió muchas ganas de besarlos.

—Te prometo que no volveré a dejarte así.— susurró con gentileza.

Sucesivamente se acercó al rostro ajeno y lo besó mientras cerraba los ojos.
Como era de esperarse, sus hermosos labios también eran blandos y cálidos.

Sentir como estaba tan cerca del de cabello rosa le causó un cosquilleo en el cuerpo. Y esa cercanía que le permitía sentir su respiración lo llenó de felicidad.

Terminó dándole un pequeño beso más antes de apartarse por completo y Kanzaki permaneció dormido otro rato, sin tan siquiera notar dicha acción.

• • •

Despertaba tras un largo rato, volviéndose a sentir hambriento.

—¿Pecas?

Kanzaki empezaba a abrir los ojos poco a poco, encontrándose a sí mismo en una habitación muy blanca, cuya iluminación resultaba cegadora.

—Por fin despiertas, ya era hora.— esa era la voz de Kaname.

—¿Ah?

Ya ha abierto los ojos completamente y se siente confundido.

—Que bueno que ya despiertas, Shinomiya.

Esa voz...

A su lado izquierdo, está el chico de cabello castaño y mirada miel tan suave. Tora Katsuragi está mirándolo con mucho alivio en su semblante.

—¡Katsuragi- san!

Kanzaki no puede evitar sentarse en la cama rápidamente y echar las cobijas a un lado para poder abrazar a Tora.
Alza los brazos y junta su cuerpo con el del más alto, para acomodarse y quedarse así.
El castaño no tiene ningún problema con eso y no duda en abrazarlo de vuelta, posando su mano izquierda en la espalda baja de Shinomiya y la otra en su cabeza.

—No sabes cuanto quería verte— dice el pecoso, con la voz temblorosa.

—Te extrañé mucho, Shinomiya. Yo también quería verte con todas mis fuerzas.

Tora hace un poco más de fuerza en su abrazo, disfrutando la calidez del pecoso, la suavidad de su cuerpo y de su cabello.
Había tenido muchas ganas de abrazarlo así antes.

Soy inocente  (Yaoi/Gay) PAUSADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora