13. La celda de aislamiento (Borrador)

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—Katsuragi— lo llamaba la doctora de cabello azul marino. —Los del cuarto de seguridad vieron a alguien en el patio del ala dos anoche.

El chico de cabello castaño y la doctora fueron al cuarto de las cámaras de seguridad.
Ahí se reunieron con un guardia, uno de sus cómplices quien se encargaba de cuidar y modificar las grabaciones.

—¿Qué sucedió?— le preguntó Tora al encargado.

—Anoche las cámaras captaron a un preso en el patio del ala dos, más o menos a la hora del descanso de los guardias de turno nocturno.

Le mostró la grabación a Tora Katsuragi y a la doctora Naomi. En ella se podía ver a un preso de baja estatura y cabello rosa, caminar hasta la puerta que da al ala tres.

—Hace todo su recorrido hasta el ala tres, y una vez que llega, otro preso lo recibe.

Al mirar un poco mejor, Katsuragi supo que conocía al preso de la grabación.

—¿Ese no es...?— la doctora también parece conocerlo.

—Es Shinomiya— responde Katsuragi.

"¿Eso significa que Shinomiya está en el ala tres?", pensó con preocupación.

—Pero un tiempo después, tres presos salen del ala tres y se van a la cuatro.

Katsuragi miró el video y lo rebobinó un par de veces para cerciorarse.

—Esos son Guadalupe y Kondo, los subordinados de Vólkov— dijo el castaño, con una cara muy disgustada.

Su ceño se fruncía y sus cejas se juntaban hacia el centro levemente.
Aquella expresión era algo aterradora; la doctora Naomi se sentía un poco nerviosa cuando su cómplice se ponía así.

—¿Qué más hay en las grabaciones de esta mañana?— preguntó Tora.

—Es todo lo qué hay.

"Entonces Shinomiya está en el ala cuatro en este momento"

• • •

Kanzaki despertaba en la celda de Kondo y Guadalupe. Estos últimos estaban sentados en la litera de enfrente; charlaban hasta que vieron al pecoso despertarse.

Se veía cansado. Sus ojos estaban llorosos e irritados, su rostro lucía decaído.

—Buenos días, chicle. ¿Cómo dormiste?— le preguntó el moreno.

—Te ves muy mal— dijo Kondo.

—No dormí bien. Anoche no me tomé mis medicamentos y me sentía muy ansioso.

—¿Te daba miedo Tarot?— Guadalupe se acercó a su cama. Kanzaki aún estaba acostado y tapado con las cobijas, por lo que el hombre lobo se sentó en una esquina.

—Sí. Parecía que iba a entrar a la celda en cualquier momento.

En toda la noche no pudo dejar de pensar en Tarot y sus esbirros.
Quería olvidar lo que vivió en el ala tres, pero aún estaba asustado.

—Nosotros no íbamos a dejar que te hiciera nada.

—Yo... reconozco que también estaba asustado de ustedes. Perdón, pero aunque fueron tan amables conmigo y me salvaron, yo aún no los conozco del todo— Kanzaki fue honesto.

—Es normal estar asustado de los desconocidos— habló Kondo. —De todas maneras no te haríamos daño si estás de parte de Vólkov, así que relájate.

—Lo intentaré— respondió Kanzaki. Su cuerpo temblaba ligeramente.

—¿Quieres desayunar algo, carnal?, los demás presos todavía están en el comedor.

Soy inocente  (Yaoi/Gay) PAUSADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora