𝙻𝚎𝚝 𝚖𝚎 𝚊𝚍𝚘𝚛𝚎 𝚢𝚘𝚞 [𝙰𝚆𝙰𝙴]

𝚇𝚇𝙸𝚅:"𝙸 𝚙𝚛𝚘𝚖𝚒𝚜𝚎 𝚢𝚘𝚞"

Omniscient narrator:

Las cosas en la casa Blythe - Lacroix - Andreatos no estaban tan bien como antes.

Elijah, el hijo mayor de Marie había decidido volver con su madre unos días antes, pero al descubrir que tenía una hermana se emborrachó. El final de este hecho no fue muy agradable, el joven había robado muchas cosas preciadas para Gilbert.

Días más tarde, la señora de la casa empezó a sentirse decaída, y todos estuvieron de acuerdo en que descansara.

El malestar no se iba, así que decidieron llamar a un médico, el cuál les dió una trágica noticia.

A Marie Lacroix no le quedaba más de una semana, tal vez dos.

Nyx's point of view:

Por favor, necesito despertar y que todo esto sea un sueño.

Papá y Ethan no estaban, no sé cómo se tomarían esta noticia.

–No puede ser real – susurré mientras Bash tiraba una taza.

–¡Bash! – gritó Marie desde su habitación – ¡Sebastian!

Oh Marie, ¿qué haría sin Marie? Esa mujer se había convertido en una figura materna para mí.

–Yo iré – nos aviso Gilbert.

–¿Nyx? – me llamó Bash.

–¿Sí, Bash?

–¿Tú le crees?

–Desesearía no creerle – susurré mientras comenzaba a llorar nuevamente.

–Pues yo no le creo – me respondió con seriedad. No pude decir nada más, sólo lo seguí hasta la habitación en la que Marie estaba acostada.

–...¿Estás seguro? – la escuché preguntar mientras me apoyaba en el marco de la puerta. No creía en la posibilidad de mirarla a la cara.

–Ya no se puede hacer nada – sollozó Gilbert.

–Entiendo – susurró – Sebastian – lo llamó cuando él se paró frente a la cama – Necesito ver a Delphine ahora.

–Gilbert, ¿traerías a nuestra bebé a casa ahora?

Él asintió y salió, yo salí detrás de él.

–Gil, por favor trata de que papá vuelva contigo, iré a buscar a Eth. Ellos necesitan estar un rato solos. – le dije mientras me abrigaba. En todo ese tiempo no había dejado de llorar.

–Bueno, ve tranquila.

Sin darle importancia a este último comentario, salí lo más rápido que pude hasta el lago. Ninguno de nosotros pensábamos que fuera algo grave, así que Ethan se había decidido a patinar un rato antes de que el médico llegara.

–¡Ethan! – le grité mientras corría a abrazarlo, estaba dando vueltas por el hielo.

–¡Nyx, puedes resbalarte! – me regañó mientras yo llegaba a su lado.

–¡No me importo yo ahora! – le grité mientras lo abrazaba. No sabía cómo reaccionar. Quería llorar, quería romper cosas, quería despertar de esta maldita pesadilla.

–¿Qué te pasó? ¿Cómo está Marie? – me preguntó mientras acariciaba mi cabello y yo enterraba mi cara en su cuello.

–Dijeron que le queda una semana – llore en su cuello.