Cap.30 "¿Y quién es el novio?".

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El sol se había ido por completo y tenía que volver a casa. Mamá me había dicho que no tardara o enviaría a papá a buscarme. Becky estaba en casa de Sara y de todas formas, no vendría ella sola por mi tan tarde.

Oí la puerta de la cafetería abrirse y cerrarse pero no volteé a ver. Desde que ese tipo con barba y olor a cerveza entró, me negué a espiar quien seguía viniendo.

—Buenas noches, ¿puedo servirte algo? —preguntó la moza en voz alta.

—Eh, si. Un café con whisky, por favor —pidió una voz que me resultó conocida a pesar de estar lejos.

—En seguida te lo traigo —le dijo la moza.

Volteé porque la curiosidad fue más fuerte que yo, pero el chico ya se había sentado en una mesa dándome la espalda.

Volví la vista a mi café, sintiéndome estúpida por creer que cada chico castaño oscuro que encontraba era Atlas. Además ya era lunes y seguro había vuelto a New York para llevarse a Brooke por la universidad esta mañana.

Continué moviendo mis dedos sobre la mesa, ya que el periódico me había aburrido y se lo había dado al barbudo hacía unos cuantos minutos. Llamé a la camarera para pedirle otro café, porque mis padres me habían dicho que llegara antes de las nueve y media y apenas eran las nueve. No estaba lejos y podía disfrutar otra bebida más.

Ella llegó hasta mi mesa y me dejó el café mientras intentaba no oír la música deprimente que sonaba por los parlantes. One of us de ABBA sonaba y me recordó esa tarde de galletas y té con Rose. Conocía todas las canciones y todas me recordaban a Atlas, justo lo que intentaba olvidar.

No podía dejar de pensar en nuestro pequeño pero emocionante beso de ayer por la noche. Y si, tenía muchas más cosas en la cuales pensar. Como el idiota de Luka, imaginando qué tal vez si no sucedía lo de ayer, tal vez lo habría intentado conmigo. Como en Becky, qué tal vez quedó algo traumatizada. Pero supe que no porque esta tarde paseamos y estaba perfectamente bien.

Me bebí el café mientras oía más canciones que solo me lo traían a la cabeza. Saqué la carta que él me dejó para observarla una vez más entre mis dedos. Brooke me había dicho una cosa y la carta decía algo totalmente distinto. No entendía la lógica en eso.

Algo dentro de mi creía que Atlas quería decirme algo entre líneas pero no sabía que. Tampoco es como si su carta dejara mucho que descifrar, era terriblemente corta pero sabía que era sincera. Pero aún así sentía que algo no cuadraba.

Las palabras de Brooke de ayer por la noche retumbaban en mi cabeza, aferrándome a la idea de que el había vuelto por mi. Pero Luka lo hizo cambiar de opinión, y ahora que él no era un factor en la ecuación, no tenía ni idea de que fue lo que lo hizo arrepentirse.

Me besó. Dijo que quería pero no debía y me besó. ¿Estaba luchando contra su voluntad? ¿Quería estar conmigo pero algo no lo dejaba? Algo como mi supuesto destino, tal vez el miedo de lastimarme, o de poder volver nunca de pronto.

Mi cabeza era un revoltijo de pensamientos y mi corazón sentía que lo tiroteaban de todos lados. Como si alguien me estuviese tirando de un brazo y alguien más del otro, forcejeando para que pudiese dividirme en dos. Tenía que aclarar mis pensamientos y no sucedería hasta que dejara de creer que algo podía pasar entre Atlas y yo otra vez.

Nosotros ante todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora