15

17 2 0
                                    

Sorim.

Bien, Mingi acaba de irse. El taxi que pidió se alejaba cada vez más de la calle hasta que se hizo una miniatura y desapareció.

— ¿Y? ¿Qué haremos ahora? —le pregunto a Yunho, que estaba a mi lado.

— Podríamos hacer algo otro día, mi madre quiere que la acompañe a unas compras.

— Bueno, nos vemos en la universidad entonces.

Luego de despedirme de Yunho decidí ir a una tienda de implementos artísticos, necesitaba algunos mteriales.

¿Debería comprar un lienzo? Hace tiempo que no pinto algo sobre uno. Necesito lápices nuevos, los otros se están gastando.
Decido recorrer todos los pasillos para ver lo que hay en casa uno.

Quería ver lo que habia en la parte de arriba pero no alcanzaba, por lo que tuve que alejarme, entonces retrocedo mientras veía hacia arriba, cuando alcanzo a ver, no eran nada mas que juegos de mesa.

Elegí ir a otro pasillo pero cuando doblo, choco con alguien.

¿Como es posible que esto me suceda a mi? La persona con la que habia chocado, era con la misma que tuve el incidente en el karaoke.

Ahora no está Yunho para ayudarme.

— Vaya, ¿cómo es posible que me vuelva a cruzar contigo?

No lo sé,  me pregunto lo mismo.

Decido no decirle nada y seguir con mi camino, pero ella me toma del brazo, devolviendo al lugar donde estaba antes de avanzar.

— ¿Cuál es tu problema? —me pregunta usando un tono inofensivo.

No entendí por qué me preguntó eso hasta que me di cuenta de que había gente cerca de nosotras, además lanzando miradas hacia mi como si yo la estuviera intimidado.

— Mira, lo siento, no me fijé. Solo choqué contigo,  la conversación debería cortarse hasta acá para evitar problemas.

Esta vez decido irme por el otro lado, asi que giro sobre mis talones y camino, pero esta chica nuevamente me detiene tomándome por el brazo, aprovechando que no había gente ahora.

— Si no fuera por el chico de ayer te hubiera golpeado, pero ahora estás sola ¿a quién le vas a pedir ayuda? —me pregunta.

Miro mi brazo el cual sostiene aún, y ejerce una fuerza sobre este, siento un poco de dolor por lo que intento zafarme de su agarre, pero no puedo, es mas fuerte que yo.

— Te recuerdo que estamos dentro de una tienda, ¿vas a causar un alboroto dentro? Y suelta mi brazo, me lastimas.

— ¿Sorim?

Miro detrás de la chica y para mi sorpresa estaba San. Ella suelta mi brazo de inmediato y me mira como si me fuera a matar y se va, pero antes, al pasar por mi lado me susurra algo cerca:

— No creo en las coincidencias, pero ahora lo dudo mucho... Sorim.

Trago saliva al sentir mi garganta seca. Paso una mano por mi cara, frustrada e intento no perder la cordura ante esta situación .

Había olvidado por completo que San estaba y seguía ahí, el me mira y se me acerca.

— ¿Estás bien? —me pregunta.

— Si.

Solo que últimamente soy un imán para atraer problemas, especialmente con chicas.

Nos sumergimos en un silencio incómodo por lo que ninguno dice algo, luego recuerdo el estado de San en la noche.

— ¿Cómo estás? En la noche te veías fatal —le dije, el rió.

— Estoy bien. ¿Qué haces por a-

— ¡San ya encontré la pintura para telas!

Un chico de cabello corto y gris se acerca a San con las manos ocupadas por una caja de pinturas y otros mteriales que Choi ahora sostiene por él.

Me sentí  como  una planta en ese momento, asi que decido irme sin decir nada al pasillo del otro lado para seguir viendo otras cosas. Al parecer ellos seguían ahi, porque escuche la voz de San y por lo tanto su conversación.

— ¿Quién era esa chica?

— No lo sé hyung, no la conozco.

Por alguna extraña razón me sentí rara por lo que escuché, algo decepcionada talvez. No sé, probablemente escuché mal. Pero ¿por qué diría eso?

— ¿Seguro?

— Si, vamos a pagar eso.

Decidí comprar unos lápices y un croquis, el que tengo ya se está acabando. Fuí a la caja y pagué, luego me fuí a casa caminando, había un buen clima. Esa era mi excusa para no tomar el transporte.

Es un día extraño. Mingi se fué en la mañana y luego el incidente en la tienda... ¿Hay algo mas que vaya a ocurrir? El día no ha terminado, espero que no me pase nada más.

Ahora veo un carrito de comida, decido detenerme y comprar odeng.

Probablemente durante las próximas horas no haga nada, quizás vuelva a comer, algo picante quizás, pero... nada más.
Siento que estoy viviendo una vida aburrida, no puedo quitarme esa idea de la cabeza. ¿Que podría hacer para que eso cambie? No entiendo la diversión.

A veces cuando veo a la gente divirtiéndose siento envidia, porque no siento lo mismo que ellos en ese momento. Ayer, cuando Yunho y Mingi cantaban.. se veía genial pero no podia compartir el mismo sentimiento que ellos.

Mi teléfono comienza a vibrar dentro de mi bolsillo del pantalón. Dejé la bolsa de la compra en el suelo, entre medio de mis pies y tomo el móvil para contestar la llamada.

— ¿Por qué no me has llamado? Debes fijar una cita pronto, ha pasado mucho tiempo, mis vacaciones acabaron hace mucho.

— L-lo había olvidado, ¿podría decirme cuando está disponible? —le pregunto.

La psicóloga da una fecha y la hora en la que debo estar en su consulta. 

— Antes de cortar, ¿le puedo hacer una pregunta?

— Si, dime.

— No, mejor no. Adiós.

No me pude armar de valor para darle a conocer mi duda y colgué la llamada de inmediato, luego  guardo el teléfono donde estaba antes. Tomo la bolsa y decido caminar mientras comía lo que había comprado.

Se me hace imposible dejar de pensar en eso...

— Esto, esto es frustrante —murmuro mientras miraba el suelo al caminar.

Paso por una zona muy  transitada por niños ya que hay una plaza donde tienen juegos. A esta hora habían muchos jugando.
Cruzo por ahí  tranquilamente hasta que siento un gran golpe en mi cabeza que me hace soltar la bolsa y lo que me quedaba de odeng.

Cerca mío escucho el boteo de una pelota, abro los ojos y veo unos niños corriendo hacia este.

— Lo sentimos noona —dice uno que me entrega la bolsa que se me cayó al recibir el impacto de la pelota.

— Está bien.

Vamos, aún no termina el dia... ¿Que será lo siguiente?

Ahora mismo estoy deseando ttoekbokki muy picante.

Efecto mariposa(San)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora