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La cafetería estaba un poco llena. La mesa en la que se encontraba Sorim, estaban las chicas que se la llevaron a la celebración de inicio de clases.
Sorim miraba vagamente por todos lados, mientras las demás hablaban sin parar.  Una de las muchachas se dio cuenta de la poca participación que estaba teniendo la castaña.

—Y tu... Sorim. ¿Tienes novio?

Ella niega con la cabeza y sonrie vagamente. No tenía interés alguno en estar en ese lugar, pero debia hacerlo porque tenía que realizar un trabajo con ellas.

—Nunca he tenido uno.

Las chicas se miran entre sí, incrédulas.

—¿No te gustaría tener una cita a ciegas? Soy muy buena organizando.

Las demás chicas asienten, incitando a que Sorim aceptara. Pero la verdad es que a ella no le gusta ese tipo de cosas, siente mucha presión a la hora de conocer gente nueva. Ella ríe nerviosa y niega con la cabeza.

—Muchas gracias, pero no estoy interesada en eso —contesta. Las chicas parecían estar un tanto decepcionadas por la respuesta que dio la castaña.

—Creo que sería  bueno para ti. ¿Sabes? Siempre es bueno conocer a alguien.

Sorim pensó que ya no insistirán con eso luego de que ella se negó, pero siguieron haciéndolo.

—¿Que tal si empezamos con el trabajo? Tenemos mucho que hacer.

El tema quedó temporalmente cerrado, Sorim parecía satisfecha con eso, de esa forma seria mas rápido escapar de las muchachas. Sin embargo, ellas quedaron con gusto a poco.
Estuvieron el resto de la hora planificando las tareas que les asignaría a cada una y luego de eso, ya estaba arreglando sus cosas para irse. Algunas ya se habían marchado, solo quedaba Sorim y dos de las chicas.

La castaña vio la hora y se alarmó ya que debía irse a la biblioteca de inmediato. Tomó sus cosas y se fue.
En un espacio del lugar habían algunos escritorios con computadoras que se les permitía usar, eso necesitaba ella. Debía conectar su pendrive que contenía un informe, era importante ya que en un par de semanas tenía que entregarlo.

Se sentó y en el escritorio, colocó su bolso sobre las piernas para buscarlo. Pero no lo encontró.
Frunció el ceño extrañada y volvió a buscar, sin embargo, no estaba. Asustada, revisa los bolsillos de su ropa, pero tampoco.
Coloca ambos mechones de su cabello detrás de sus orejas, mira por el suelo pensando que cayó.

Pero tampoco.

Había una probabilidad de que ese aparato estuviera en la cafetería que visitó antes de llegar  a la biblioteca, así que tomó sus cosas y fue de vuelta a ese lugar.

Entró a la cafetería y caminó hacia la mesa, estaba desocupada. Buscó cuidadosamente, varias veces en el mismo sitio, pero tampoco estaba. Entonces fue a la caja y le preguntó al chico que estaba atendiendo, pero dijo que no estaba.

Sorim estaba sintiendo pánico, porque el perder eso, significaba hacer todo su trabajo nuevamente y era demasiado.
Sentía una gran frustración por ser tan descuidada, no era primera vez que le sucedía.

La chica va de vuelta a la biblioteca y comienza a leer unos libros. Pero luego empieza a quedarse dormida porque el libro acerca de la teoria del color le estaba dando sueño, esa era su excusa al menos. Porque la realidad es que durante la noche no duerme mas de 4 horas.

Cuando despierta era tarde, talvez cuantas horas durmió. No vió la hora en su móvil antes de que Morfeo se la llevara. Estiró sus brazos y poco a poco abre sus ojos, mira a su al rededor y se da cuenta de que ya casi no había gente, y eso que era un lugar grande. Cierra el libro sobre el cual descansaba y va a dejarlo en su lugar.

《Ojalá toda la información del libro se traspasara a mi cerebro con tan solo apoyar mi cabeza en él》—pensó la castaña.

Sale de la biblioteca mientras colgaba el bolso en uno de sus hombros y mantenía la mirada fija en el suelo. Sentía como su día se volvía cada vez mas penoso, era en lo único que pensaba.
Estaba tan sumergida que no se había dado cuenta que chocó su hombro con el de otra persona. Esta persona queda viendo a Sorim y se dirige a ella.

—Hey ¿Sorim?

La castaña se endereza y voltea a ver quien la llamaba, esa voz que comenzó a reconocer.
San se pone de frente a ella, extiende su brazo, su mano estaba empuñada. Sorim mira desentendida, pero cuando abre su mano, deja ver el pendrive que ella había perdido hace un par de horas antes.

—Creo que esto es tuyo.

Ella toma el aparato, llegando a tocar la mano de él, sintiendo una pequeña descarga eléctrica le hace alejar su mano de inmediato por que se asustó. San arregla su cabello tratando de evitar el incómodo momento.

La castaña tenía muchas ganas de arrancar de ahí por la vergüenza, pero no podía ser grosera.

—Muchas gracias, ehh... yo te lo agradezco.

Sentía su corazón latir por mil porque se sentía nerviosa, era algo estúpido para ella pero no lo podía lograr evitar.
El chico sonríe mostrando sus hoyuelos e inclina levemente su cabeza, luego se despide con un ademán.

Sorim gira sobre sus talones y mira el pequeño aparato que le había sido devuelto, era increíble. Increíble como cada vez que le pasa algo está él, tampoco es que fuera mucho perder las llaves y ahora esto.

Efecto mariposa(San)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora