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Estaría perfectamente durmiendo a esta hora, pero avancé algo del dibujo que tenia pendiente... En realidad ya lo debería terminar, la entrega es mañana... en realidad hoy porque ya es de madrugada.

Estaba sentada en el escritorio, con el lápiz en la mano haciendo trazos sobre la hoja y luego los borraba porque estaban horribles. A veces me detenía porque era inevitable pensar en varias cosas y luego para intentar calmar mi mente seguía dibujando, eso se convertía en un bucle odioso.

Decido levantarme del asiento y me estiro, sentía una molestia en mis hombros.  Me quedo viendo la hoja donde estaba tirando trazos... ¿Vale la pena seguir gastando el papel con trazos que probablemente sean borrados? Ya me aburrí, no está saliendo como esperaba.

Salí a la entrada de la casa estirando mis brazos, me sentía un tanto agobiada, creía que tomar algo de aire fresco me ayudaría.

Me siento en el suelo, frente a la entrada y miro el cielo. A diferencia de otras noches, las estrellas ahora se podían ver y eso se debe a la baja contaminación que hay.
Suspiro y busco la casa que está al frente; las luces parecen estar apagadas. Sacudo mi cabeza al pensar en eso.

Pienso quedarme un rato más, el clima era agradable pero era muy frio a la vez y  eso me inquietaba ya que no estaba lo suficientemente abrigada, digo, mi pijama es muy delgado.

De repente noto una silueta en la oscuridad de la calle. Podía ver a alguien fuera de la casa, trato de notar quien era pero la luz que habia era casi nula. Me levanto y camino cautelosamente hacia la entrada principal.

— Hola ¿me dejas pasar?

— ¿Qué haces acá? Apestas a alcohol.

— ¿Ahora no puedo venir a ver a mi amiga?

— Es muy tarde para visitas.

Aaaing, déjame entrar.

— No hagas aegyo por favor.

— Vamos, estoy indefenso, ayuda a tu amigo.

Me hago a un lado y dejo entrar al pelinegro a mi casa. El ingresa y se quita las zapatillas, va directamente a lanzarse al sofá de la sala.

— ¿No tienes casa propia Wooyoung? —le pregunto con los brazos cruzados.

— Está lejos de donde estaba ahora —apenas habla.

Podría llamar a la policía, o a sus amigos.

— ¿Y porqué  no vas donde San? El es tu amigo.

— A San no le gusta cuando estoy ebrio. ¿Acaso tu no eres mi amiga? Te conozco desde que éramos pequeños.

— Eso no significa que seamos amigos...

— Cállate y déjame dormir, me acabas de herir mi pobre corazón —murmura fingiendo un sollozo que luego detiene—. Si no eres mi amiga... entonces ahora te conviertes en una.

— ¿Qué?

— Felicidades, su diploma certificando nuestra amistad se está imprimiendo... Yo soy la impresora y el diploma estará hecho cuando despierte.

Nuevamente había olvidado lo insistente que era Wooyoung, no se detendrá hasta que lo deje tranquilo.

— Bien, pero no salgas de ese sillón hasta que amanezca.

Solo obtengo como respuesta un ronquido de su parte, que logra asustarme porque fue de la nada.
Suspiro y lo dejo ahí en la comodidad del sillón, yo fui a mi habitación y esta vez intenté seguir el encargo para la próxima clase.

De esta forma, me doy cuenta que solo necesitaba descansar mis ojos de pasar tanto rato mirando el dibujo, porque ahora estaba mas motivada después de tomar aire.
Ordeno un poco el escritorio y entre los muchos papeles que habían encuentro un dibujo terminado... que era básicamente lo que debía hacer.

Efecto mariposa(San)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora