capítulo dos.

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Suspiro mirando la olla con comida, Shimizu–Senpai me mira con una sonrisa en su rostro.

— ¿Pasa algo Hanako–Chan?

Sonrió negando haciendo que ella me mire no tan convencida pero acepta, quizá para no molestarme. Le ayudo con lo demás, a decir verdad mí corta estadía en el club se había vuelto agradable, los chicos eran tan amables y lindos que vomitaría arcoiris en cualquier momento.

Ahora estábamos en un campamento antes del dichoso partido contra Nekoma, según investigue, un equipo de Tokyo muy bueno en recepciones, la verdad estaba un poco ansiosa, quería ver como jugaban contra el equipo que en el pasado había sido su rival y nunca lograron ganarles ni una sola vez.

Aunque ahora más que preocupada por el partido, estoy preocupada por dónde dormire. Yo vivo muy lejos de aquí y quedarme con tanto chico no creó que sea aceptado.

— Shimizu–Senpai, ¿usted vive por aquí cerca? —Ella me oberva antes de asentir— ¿sabe de uh... un lugar dónde alguien... no sé, pueda pasar la noche? Es para un proyecto

Ella deja el cucharón a un lado para fijar su mirada en mí.

— Hanako–Chan ¿no tienes donde dormir? —No sé porqué creí que podía engañarla.

— La verdad es que vivo muy lejos de aquí —Troste— y pues no creó que sea muy aceptable quedarme aquí con todos los chicos.

— Puedes venir a mí casa Hanako–Chan —Me sonríe y luz brillante aparece detrás de ella, ¿acaso es una diosa?

— N-No puedo hacer eso —Me niego, que vergüenza no no no.

— Insisto, es gratis —... Bueno sí.

— Me siento sobornada —Susurró— ¿por qué siento que esto ya ha pasado antes? —Vuelvo a susurrar— ¿está segura de eso Shimizu–Senpai?

— Por supuesto Hanako–Chan, eres bienvenida —Sonríe con sus ojos cerrados a lo que yo me sonrojo y le sonrió.

— ¡Gracias Shimizu–Senpai! —Hago una reverencia para después tomar platos e ir a dejarlos a la mesa, escuchó que ríe por mí entusiasmo supongo pero acaba de salvar mí trasero... y billetera la cual esta más vacía que la vida de mi brasier.

Veo a Takeda–Sensei y Shimizu–Senpai mirando el suelo del pasillo, me asomo –porque chismosa soy– para encontrarme con Nishinoya y Tanaka sobre el suelo. Arqueo una ceja confundida ¿y a esos qué les pico?

— ¡T-También está Hanako–Chan! —Chillan moviéndose en el suelo como gusanos.

— Hanako–Chan alejate, puede ser contagioso —Shimizu coloca su brazo delante de mí a lo que yo trato de no soltarme a reír.

— Oh ¡bienvenidos! —Saludó a los miembros del equipo que van entrando por la puerta.

— Oh Hana–Chan ¿qué tal? —Suga–San se acerca a mí con esa sonrisa refrescante suya.

— Todo bien Suga–San —Sonrió a lo que él ríe un poco antes de asentir

Después de que algunos de los chicos me saludaran todos se fueron a sentar para empezar con la cena. La cual he de decir, quedo ex-ce-len-te

𝖥𝗅𝖾𝗎𝗋 | Haikyuu!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora