𝖥𝗅𝖾𝗎𝗋 | Haikyuu!!

capítulo diecisiete.

— Sólo podemos venir a Kanto dos veces, incluyendo esta, para jugar partidos de práctica antes de las eliminatorias. Aprovechemos la oportunidad.

— ¡Sí!

Voy junto a Hitoka–chan y Kiyoko–senpai hacía el gimnasio, cuando entramos los demás equipos ya estaban allí, en cuanto los ojos de Kuro chocan con los míos, se acerca interrumpiendo la charla que tenía con el setter y ace de Fukurōdani

— Hol- —Me calló al sentirlo abrazarme, con sorpresa le devuelvo el abrazo

— ¿Estás bien? —Se separa de mí y sus manos acarician mí rostro retirando pequeños mechones de cabello.

— Sí, lo estoy, gracias por preocuparte Kuro —Susurró sonrojada, él sonríe.

Me quedo mirandolo al igual que él a mí, retiro la mirada cuando veo a Akaashi y Bokuto cerca, ambos se veían igual que Kuro, alegres y preocupados.

— Hanako–San ¿cómo éstas? —Akaashi toma mis manos a lo que yo sonrió sonrojada, siempre tan lindo y delicado.

— Bien bien, —Susurró— mí familia está mucho mejor, gracias Akaashi —Susurró y doy un asentimiento a lo que sonríe apenas

— ¡Hey hey hey! que bueno que te encuentres mejor Hanako–Chan, —Bokuto me mira sonriente— y tú familia igual.

Sonrió mirándolo, a los tres de hecho, tan lindos que quería escharme a llorar.

— Son tan lindos, gracias por preocuparse —Les miro con dulzura

Los tres sonríen mirándome

— Bueno, nos preocupamos porque eres nuestra amiga y nos importas —Rió separando mis manos de las de Akaashi y regalándoles una gran sonrisa.

— Gracias —Susurró mirando a los tres— ¿les molesta sí hablamos luego? debo irme con mí equipo —Señaló a los chicos que se encontraban calentando.

Ellos niegan a lo que yo vuelvo a sonreír, y tras darles nuevamente las gracias por su preocupación voy corriendo hasta dónde estaban los demás.

Suspiro dejandome caer sobre una de las bancas del gimnasio mirando con una pequeña sonrisa a los chicos

— Después de sudar debes cubrirte con una chaqueta —Siento una suave tela pasar por mis hombros, cubriendome de la fría noche de Tokio.

— ¿Qué hay de ti? —Murmuró tomándola del cuello y cubriendo mis brazos.

— Yo estoy bien —Afirmá sin mirarme directamente.