𝖥𝗅𝖾𝗎𝗋 | Haikyuu!!

capítulo veinticinco.

— ¡Ya llegó por quien lloraban! —Abró los brazos y entró al gimnasio con una sonrisa adornada en mí cara que se quita cuando siento un fuerte golpe en ella.

Ay, cuanto amor.

— ¡Hanako! —Semi se acerca a mí ayudándome a levantar, su mano acaricia mi nariz.

Oh mí bella nariz.

— ¡Lo siento mucho, fui yo, soy el peor kouhai que Hanako–Senpai pueda tener! ¡daré veinte vueltas a la cuidad!

— No... No, estoy bien Tsutomu–Kun —Afirmó mientras me levanto con ayuda de Ohira y Hayato.

— ¡No está bien, he lastimado a Hanako–Senpai! —Lloriquea haciendo que Tendō golpeé su cabeza.

— Superarlo, dijo que está bien —Abró mis ojitos que se ponen llorosos ante el rocé de la mano de Semi contra mí nariz.

— ¡Lo siento muchoooo! —Tsutomu se lanza a abrazarme hundiendo su cabeza en mí pecho, acarició sus cabellos soltando una pequeña risilla.

— Si no paras de disculparte a cada rato voy a enojarme —Hago un puchero, y sus brazos que se aferran a mí cintura apretan el agarré.

— En todo caso —Semi aleja a Tsutomu de mí casi empujándolo lo que me hace mirarle un poco confundida.— ¿qué haces aquí?

— Sólo he venido a visitarlos antes de irme a Tokio —Respondí arrugando mí nariz como un conejo un poco para a ver si eso hacía que el dolor desapareciera

— ¿A que vas a Tokio? —Pregunta Taichi a lo que yo me encogo de hombros.

— A ver a Nekoma contra Fukurōdani —Respondó sentándome en el banquillo del entrenador, ay ojalá no me mate

— Es dónde compite Itachiyama también ¿no, Wakatoshi–Kun? —Indaga Tendō a lo que el capitán asiente.

— ¿Itachiyama? —Les miro confundida sintiendo el dolor alejarse poco a poco.

— En Itachiyama se encuentra Sakusa–San que es uno de los tres mejores rematadores junto con Ushijima–San —Respondé Shirabu extendiendo su botella de agua hacía mí.

Sonrió para no llorar por su de repente amabilidad y la tomo, dándole un sorbo, relajandome notoriamente

— ¿Tienen algo que hacer hoy? —Sonrió cambiando de tema.

— Nada ¿por? ¿quieres que vayamos a una cita contigo? —Suelto una risilla avergonzada ante lo dicho por Tendō–San

— Algo así, —Respondó— Kousuke–San tiene un amigo que es dueño de un restaurante, y me dio unos cupones —Explico— ¿quieren acompañarme?

— ¿Restaurante de qué?

Sonrió.

— ¡Sorpresa!