𝖥𝗅𝖾𝗎𝗋 | Haikyuu!!

capítulo treinta y dos.

Los nervios me comen viva cuando decido asomar la mirada por el vidrio, cuando no logro ver nada, me acerco hasta el punto en que mí rostro se aplasta contra la puerta

— ¿Hola? ¿puedo ayudarte en algo?

Un escalofrío me recorre de pies a cabeza y no puedo evitar soltar un chillido ante el repentino susto que sufrí. Giro la cabeza encontrándome con un hombre alto, barbudo y de ropas deportivas

Ropa deportiva, que miedo.

— No, no, —Comienzó a decir con rápidez— ya me iba. Sip, sólo pasaba por aquí y eso. Yo... ya me voy, me voy, yo.

— ¿Buscabas a alguien? —Me pregunta con total amabilidad

Tímidamente doy un asentimiento a su pregunta— Yo sólo... me preguntaba si se encontraba bien —Sincero ligeramente avergonzada

— No te preocupes, es normal preocuparte por ellos. —El hombre ríe— ¿Cuál es el nombre del chico que buscas?

— Kageyama Tobio —Respondó apresurada, el hombre da un asentimiento pensativo

— Ah, —Chasquea los dedos— claro, el satter de Karasuno, buen chico, —Ríe— ¿eres su novia acaso?

Le miro en pánico y niego apresurada, sacudiendo las manos en el proceso.

— ¡No no no no! Soy Echizen Hanako, la maneger del Karasuno, estaba de paso aquí en Tokyo y quería saber como se encontraba —Admitó dando algunos asentimientos

— ¿Hm? ¿Echizen? —El hombre ladea la cabeza— ¿de casualidad, conoces a Echizen Nanjiro?

— ¿Hm? Es mí padre, —Presumo— oh ¿usted conoce a mí papá?

— Él es un buen amigo mío, —Reconoce haciendo que de un asentimiento sorprendida— ¿deseas echar un vistazo? —Ofrece y por primera vez agradezco que papá fuese bien amiguero

— ¡¿Puedo?! —El hombre a mí entusiasmo ríe asintiendo— ¡entonces sí, muchas gracias!

Sujeto las solapas de mi mochila con fuerza y entro detrás de él al asombroso e inmenso gimnasio, mis ojos vagan por los al rededores encontrándome con variados chicos que desconozco la verdad, pa' que mentir.

— Kageyama —Escuchó que el hombre llama— tengo una pequeña sorpresa que encontré afuera.

— ¿Cuá-? ¡¿Hanako–Senpai?! —Sonrió mirándolo y abro los brazos, él se acerca a mí para abrazarme con fuerza lo que me hace reír.

— Hola~ —Saludó y al separarnos sujeto su rostro— ¿cómo has estado? ¿has comido bien? ¿has dormido cómodo? ¿alguien te molesta? Que voy y le parto su mandarina en gajos.

Un sonrojo adorable aparece en sus mejillas — Estoy muy bien senpai, —Afirma— aquí todos son asombrosos, sus habilidades son grandiosas.

Sonrió con ternura — Las tuyas también son grandiosa Kageyama, no lo dudes.

— ¡No lo hago, senpai! —Niega parándose firme lo que saca otra risa de entre mis labios.

— Eso es estupendo, ¿ya has hecho algunos conocidos? —Preguntó curiosa

— Sí, conozco a algunos, sus habilidades me impresionan y estoy aprendiendo mucho de ellos, el entrenador también nos enseña bastante, nos pone en diferentes posiciones a las que somos, es una gran ayuda.

— ¿De verdad? Genial, me alegra que estés aprendiendo Kageyama, pronto serán las nacionales y necesitamos que todo el equipo este dando lo mejor, también me esforzaré —Empuñó mis manos