capítulo cuatro.

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En cuanto el partido termina sonrió alegre, podría verlos jugar otro partido. Y aunque no fuese exactamente fan del voleibol, esto... era emocionante.

— ¡Hanako-Chan~! ¿nos volveremos a ver? —Oikawa–San me pregunta con una sonrisa en su rostro.

— ¡Claro! Sobretodo si Iwaizumi–San está allí —Le guiño un ojo al nombrado que se sonroja pero se cruza de brazos molesto.

— ¡Ya vámonos Kusoikawa! —Le golpea a lo que él lloriquea.

— ¡¿Por qué me pegas Iwa–Chan?!

Carcajeó sacudiendo la mano de un lado a otro — Bye bye. —Me voy dando saltitos, quería ir a felicitar a los chicos.

Cuando llegue con los demás, abrí los brazos feliz, no esperaba un abrazo solamente era un ademán de felicidad pero no contaba con que Nishinoya y Hinata se lanzaran contra mí.

— ¡Ahh! —Chille tratando de mantener la compostura pero caímos al suelo, aunque aún podia sentir a ambos chicos aferrados a mí, uno abrazando mo cintura y el otro frotando su mejilla contra la mía.

En vez de un abrazo parece más que estan comiéndome, caníbales

— ¡Nishinoya, Hinata ¿qué estan haciendo?! —Grita Suga–San espantado, se acerca y con ayuda de Ennoshita me quita a los caníbales de encima.

— ¡H-Hanako–Senpai ¿está bien?! —Me grita Kageyama dándome la mano, la toma y el me levanta con fuerza haciendo que casi vuelva a caer de hocico al piso de no ser por Yamaguchi.

— Ah, creó que me llego la hora —Dramatizó sosteniéndome al cuerpo del pecoso.

— ¡A-Ah Hanako–San se esta muriendo!

— ¡Hanako–San no te mueras!

— ¡U-Una ambulancia! —Chilla Asahi–San en pánico

— ¡¿Qué estan haciendo?! —Grita Daichi–San llegando con Ukai–San.

— ¡Mate a Hanako–San! —Grita Hinata corriendo por todo el lugar.

— ¡Daichi, una ambulancia!

Todos estaban entrando en pánico. Lo peor es que yo seguia colgada de Yamaguchi que no paraba de rezar diez padres nuestros y ocho ave marias.

— ¿Por qué todos están entrando en pánico? —Murmura indignado Tsukishima.

— Echizen ¿estás bien? —Me pregunta Ukai–San palmeando suavemente mi mejilla y con suavidad me refiero a que casi me arranca la cabeza

— ¡Esperen tengo el remedio! —Exclama sensei— Hanako–Chan, he encontrado una paleta deliciosa

— ¿Paleta deliciosa? —Susurró recuperándome de inmediato

— Ah~ —El entrenador suspira— esta viva.

— Que bueno que estés bien.

— ¿Entonces no hay paleta? —Frunzo los labios en una mueca de fingida tristeza

— Claro que sí, toma —Saca una paleta de dios-sabe-donde y me la da, inmediatamente la saboreó sonriendo alegremente

𝖥𝗅𝖾𝗎𝗋 | Haikyuu!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora