capítulo treinta.

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— Estoy agotada —Balbuceo dejando caer mí cabeza a su espalda y sintiendo mí mejilla apachurrandose por la presión

— ¡Hanako–Chan, debes tener más energía que esto! —Reclama Bokuto–San dando vueltas.

Como si no hubiese acabado de jugar dos partidos seguidos

— Gracias Akaashi por existir y no dejar que Bokuto–San sea quien me lleve en su espalda. Seguro vomitaba, —Lloriqueó— y lamento estar así cuando estas tan cansado ¿seguro no te molesto?

Lo veo sonreír — No te preocupes, no eres realmente tan pesada.

— Puedes subirte a mí espalda cuando quieras también Hanako–Chan —Ofrecé Lev señalando su espalda.

— ¡Ella nunca haría eso, no se lo permito! ¡Akaashí además de yo es el más apto para cuidar de mí bella Hanako! —Rió ante la pelea de Yamamoto y Lev.

— ¡Yo puedo cuidar bien a Hanako–Chan! —Exclama Bokuto–San

— ¡Claro que no, si yo no puedo menos tú! —Exclama Kuro y simplemente verlos pelear junto con los demás me hace rodar los ojos con diversión

Ellos dos se cargan una amistad taaaan amorosa

Bueno ahora aclarando la situación fue está, Shirofuku–San invito a los chicos a su casa a cenar pero se nos acopló Nekoma y pues tal, la banda de búhos, gatos y una cuerva se formo así.

Cuando llegamos a casa de Shirofuku–San su madre nos recibió con tanta alegría que me daba diabetes.

Akaashi me baja con cuidado de su espalda lo que agradezco, de tanto putazo ya me duele el alma, por suerte el último no funciono ¡tomala destino!

— Gracias Akaashi —Besé su mejilla y él simplemente asiente intentando evitar que me de cuenta de sus orejas poniéndose rosadas

Me acercó a Shirofuku–San para ayudarla con la comida, que por suerte, le había avisado a su madre que vendrían todos estos.

— ¡Hanako–San sientate aquí! —Gritonean los chicos al unísono

Khé.

— Ven Hanako —Kuro–San sujeta mí mano y me hace sentarme sobre su regaso a lo que gimo sorprendida— sientate conmigo.

— Pero- —Le miro con sorpresa y sintiendo como mí rostro se pone rojizo— K-Kuro–San, hay una silla sobrante allá y se ve muy bonita

— Insistó —Una sonrisa gatuna cruza por sus labios— luces bien sentada aquí.

Tropiezo mis palabras al momento de querer hablar, iba a levantarme porque realmente la situación me ponía incomoda cuando un tirón en mí muñeca es lo que me separa del capitán.

Kuro–San también se levanta encarando a la persona que acababa de tirar sin mucha delicadeza de mí, paso mí mirada de uno a otro mientras ellos comparten miradas duras, al encontrarme entre ambos, puedo quizás ser la única razón por la que no suceda nada más intenso que las duras miradas que mantienen sin titubear

Estoy por hablar cuando es la madre de Shirofuku quién interrumpe el tenso ambiente.

— ¿Todo bien, niños? —Pregunta curiosa mientras deja algunas guarniciones sobre la mesa

— No es nada mamá. —Shirofuku–San se acerca a nosotros— Ustedes dos, si no se comportan se largan de mí casa —Amenaza en un susurro sólo para ellos con cierta furia tanto en su mirada como en sus palabras

Tanto el capitán como el setter alejan sus miradas— Lo lamento, Shirofuku–San —El setter se disculpa— también contigo, Hanako–San

Sacudo las manos negando, no digo nada más porque Shirofuku–San me toma de la mano alejándome del par. Me siento junto a ella y Washio–San. Tanto Kuro–San como Akaashi se apartan para volver a sentarse.

— Gracias por la comida —Murmuró y todos comenzamos a comer en silencio que gracias a Dios término siendo roto por Yamamoto e Inouka.

Observó de reojo a Shirofuku–San que aún se encontraba seria, algo no muy común en ella. Miro mí plato y muerdo mí labio inferior, ¿qué demonios con ellos dos?

Tomo el cepillo comenzando a cepillar mí húmedo cabello, una vez acabo de desenredarlo suelto un suspiro agotador

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Tomo el cepillo comenzando a cepillar mí húmedo cabello, una vez acabo de desenredarlo suelto un suspiro agotador. La puerta se abre dejándome ver a Shirofuku–San que secaba su cabello mojado con una pequeña toalla turquesa

— Shirofuku–San... siento mucho lo que paso allá abajo —Me disculpó sintiendo que lo que había sucedido, fue por mí completa culpa

Ella ladea la cabeza, extiende la toalla por su cuello y hombros mientras me da una cálida sonrisa. Se acerca a mí acariciando mis recién peinados cabellos como si fuese una madre

— En primer lugar corazón, eso no fue causado por tú culpa, y en segundo, sólo era una broma de seguro, ya vez como son ellos

— Pero Akaashi y Kuro–San se veían tan...

— No pienses en eso ¿sí? —Pidé alargando más su sonrisa— pero ya que estamos hablando de esto, ¿Hanako has visto este mismo comportamiento en otros de los chicos? de Karasuno o... no sé, algunos otros

— Comportamientos así no realmente —Niego intentando recordar si había sucedido más nada viene a mí cabeza

— ¿Y sobre cariños raros o incómodos? —Arquea una ceja— abrazos largos, besos... —Al ver como me sonrojo levemente, ella parece interesada— ¿Hay algo?

— Bueno, —Titubeo— sólo me he besado un un par de veces con Iwaizumi–San —Admitó recordando a la estrella de Aoba Josai, no tenía claro qué era lo que sucedía entre ambos— y también con Oikawa–San y Ushijima–San —Reconozco con pesar y tímidez

Al escucharla suspirar bajo la mirada a mis dedos que juguetean entre ellos, de repente me siento demasiado avergonzada para mirarla.

— ¿Por qué los dejaste hacerlo?

— R-Realmente no sé —Susurró rascando mi mejilla.— no me sentí capaz de detenerlos

Shirofuku–San toma mis manos deteniendo el jugueteo y se pone de cuclillas para mirarme a los ojos con una calma que tranquiliza mí avergonzado corazón

— Hanako, —Llama— no los dejes ser tan liberales contigo. —Pidé— Creeme corazón, esto no va a terminar bien, ni para ti, ni para cada uno de ellos —Su voz es sosegada, Shirofuku–San intenta dulcemente hacerme sentir cómoda al notarme avergonzada.— y muchísimo menos para esta joya y pura parte de aquí —Sus dedos se ponen sobre mí pecho, dónde se encuentra mí corazón

Vuelve a mirarme a los ojos, yo me le quedo mirando unos segundos y de forma silenciosa sus ojos piden lo mismo que decia su boca.

— Sí —Digo finalmente— lo prometo senpai.

𝖥𝗅𝖾𝗎𝗋 | Haikyuu!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora