Jeremy era el chico que sentía de todo, por alguien que no sentía de nada.
Lo que empezó como un sentimiento inocente, se convirtió en uno asfixiante y doloroso.
Jeremy Dawson lleva enamorado siete años de su mejor amiga. Trató de mil maneras deshac...
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Mini maratón 2/3
Jeremy.
Meto las últimas prendas en la maleta y la coloco cerca de la salida de mi habitación. Voy al baño para sacar mi cepillo dental y otros objetos para mi higiene personal.
Salgo y me encamino a la cocina, tomo una manzana y le doy una mordida. Hoy, diez de noviembre, es el cumpleaños número diecinueve de Eddie, lo celebraremos en la casa de la playa -que le pertenece a los Abbot-. Recuerdo que cuando éramos niños, nuestros padres nos llevaban muy frecuentemente ahí, ellos nunca fueron los mejores amigos pero hacían todo lo posible para que nosotros estuviéramos felices juntos.
Ayer por la noche habían confirmado que todos irían. Todo lo que llevaría ya estaba en la maleta, ahora solo me quedaba esperar a que pasaran por mí ya que no podría movilizarme en mi moto con mis prendas en la maleta.
—¿Qué haces?— pregunta una voz a mis espaldas, inconscientemente ruedo los ojos y me doy la vuelta. Lleva una barba de días, luce más viejo de lo que es.
—¿No estabas de viaje?— pregunto ignorándolo.
—Volví antes de lo acordado, las juntas se suspendieron por órdenes de mi jefe— murmura acercándose al refrigerador para sacar la leche, acto seguido la sirve en un tazón.
—Bien entonces— murmuro dirigiéndome a la salida de la cocina. De pronto ya no tengo apetito por la manzana, la arrojo al basurero.
—Tu madre está insoportable— suelta haciendo que detenga mis pasos. Sabía muy bien como provocarme.
No digo nada.
—Se cree el centro de atención, con su sonrisa inocente, pero está más que claro que es una—
—Cierra la maldita boca si no quieres terminar con un ojo morado— siseo mirando fijamente el pasillo.
Suelta una risita de burla.
—Eres igual a ella— espeta— igual de imbécil, insoportable. Francamente no entiendo que hago aquí con ustedes.
—Exactamente, eso mismo me pregunto yo. ¿Qué carajos haces aquí si no soportas estar en la misma habitación que nosotros? ¿Qué haces aquí si no puedes vernos a la cara sin sentir asco?— una risa amarga sale de mi garganta.
—Eres un débil— murmura dándose la vuelta para tomar el cereal.
—Vete a la mierda, Jason.
Salgo de la cocina y tomo mi maleta, segundos después escucho como el claxon de un auto se hace sonar. Salgo de casa sin despedirme de mamá.
—¡Mueve ese culo aguado, Jeremy!— grita Eloy bajando el vidrio de la ventana.
Sonrío caminando más lento. Atrás del auto -que supongo es de Lily- se estaciona uno amarillo. Bien, esa cosa asquerosa es de Jud. Sus padres le compraron ese auto el año pasado, pero jamás lo usa ya que siempre anda de un lado a otro con Tristán en la motocicleta.
