Jeremy era el chico que sentía de todo, por alguien que no sentía de nada.
Lo que empezó como un sentimiento inocente, se convirtió en uno asfixiante y doloroso.
Jeremy Dawson lleva enamorado siete años de su mejor amiga. Trató de mil maneras deshac...
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Jeremy.
Mi morena: pasa a recogerme, mi motocicleta se averió y necesito un aventón :D
Leo el mensaje de Eddie al mismo tiempo que me abrocho el botón de mis pantalones y me cuelgo la mochila en el hombro derecho.
Yo: ¿Que me darás a cambio? :'/
Mi morena:Una patada en el culo :o
Casi me atraganto con mi propia saliva al leer su respuesta.
Yo: llego en veinte minutos.
Sin esperar respuesta, salgo de la habitación y me dirijo escaleras abajo. Cuando llego a la cocina, mamá está de espaldas meneando algo en un sartén. Me posiciono a sus espaldas y la rodeo con mis dos brazos dejando múltiples besos por toda su cabeza. Suelta una risilla.
—Te amo, ¿lo sabes?— pregunto mientras recargo mi barbilla en su cabeza.
—Mmm, si lo sé, pero no me cabreo si me lo dices todos los días— niega con la cabeza. —Veo que estás de buen humor, eh.
—Que Jason se haya ido por un mes. Definitivamente me pone de buen humor— me alejo de ella para tomar una manzana del refrigerador. Escucho como suspira.
—Cariño...
—No— la interrumpo— hoy no, mamá, a él lo único que le importa es su trabajo, y yo estoy bien con eso, de verdad, jamás tuve su amor, no pretendo tenerlo ahora.
—Eres mi vida entera— susurra.
—Y tú la mujer que más amo, mamá— sonrío.
Me mira con los ojos cristalizados.
—Ya, ya vete, se te hará tarde y yo no quiero ponerme sentimental ahora— hace un gesto con las manos para que me vaya.
Sonrío negando con la cabeza y me encamino a la salida de mi casa para ir a recoger a Eddie.
***
—¡Jeremy!— saluda Flor—la mamá de Eddie— hace tanto tiempo que no venías por aquí.
Me acerco a ella y le doy un beso en la mejilla.
—Estuve un poco ocupado, lo siento— hago una mueca.
Ella hace un gesto con la mano restándole importancia. Su cabello color chocolate está desordenado, tiene rímel corrido alrededor de sus ojos verdes, lleva una falda corta torcida... Alguien tuvo una noche loca ayer.
—¡Estoy lista!— grita Eddie bajando por las escaleras.
—Oh cállate. Tú voz me da jaqueca— Flor le ordena.
La mirada de Eddie se oscurece varios tonos y aprieta la mandíbula.
—Ahora lo pensarás dos veces antes de emborracharte como una cría— bufa ella.
