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Jeremy

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Jeremy.

—¡Diez minutos tarde!— chilla cuando aparco la motocicleta frente a ella. Me quito el casco y sonrío al ver su expresión de niña enojada.

—Joder, no me vengas con tus tonterías ahora— ruedo los ojos.— Sube a la moto que no tengo toda la noche para esperarte.

Mentira, tengo toda una vida para esperarla si ella así lo quisiera.

La observo de pies a cabeza, lleva un hermoso vestido ajustado de color azul oscuro, combinado con unos Converse negros y una chaqueta plateada. Ríe y se dirige a la parte trasera de la motocicleta.

—¿Por qué levas eso tan ajustado? Sabías perfectamente que vendría a recogerte— reprocho.

—Lo uso porque puedo y quiero. No eres mi mamá para decirme como tengo que vestirme. A veces eres igual o peor de molesto que Tristán.— bufa. Aprieto los dientes para no decir nada más al respecto.

—Eres insoportable.

—Pero así me quieres— deja un casto beso en mi mejilla. Me relamo los labios aclarando mi garganta mientras que ella se acomoda en la parte trasera de la moto.

Maldigo por lo bajo.

—¿Sucede algo?— pregunta Jud alarmada. Miro el casco negro.

—Ten— le ofrezco, ella duda por unos segundos en tomarlo.— Oh vamos, no tengo toda la noche Juju. Ríe al escuchar mi pequeño apodo.


—No me decías así desde hace mucho tiempo— suspira.

—Lo había olvidado— miento.

Juju era mi pequeño apodo para ella, empecé a nombrarla así desde que teníamos siete años y lo dejé de usar cuando me di cuenta que estaba loco por ella. Me alejé por un tiempo, ese mismo  en el que había entrado en crisis por descubrir que mi mejor amiga me gustaba.

—¿Tú no llevarás casco?— pregunta después de unos cuantos minutos de silencio.

—Solo tengo uno y tu vida me importa más— me inclino a un lado para poder mirarla a los ojos.

Sonríe y ¡diablos! Como amo la forma en que sus ojos se achican cuando lo hace.

Enciendo el motor y nos pongo en marcha. Siento la manera en que sus brazos se enredan en mi torso con temor y sin poder evitarlo sonrío como idiota. En media hora llegamos a nuestro destino, el sonido de la música retumba en cada rincón del lugar.

In My Skin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora