Jeremy era el chico que sentía de todo, por alguien que no sentía de nada.
Lo que empezó como un sentimiento inocente, se convirtió en uno asfixiante y doloroso.
Jeremy Dawson lleva enamorado siete años de su mejor amiga. Trató de mil maneras deshac...
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La canción dice tanto de como Jay se siente en verdad.
Jeremy.
Mi corazón se acelera y la sangre abandona mi cuerpo.
¿Él? ¿Quién es él?
Mis ojos se encuentran con los de mamá, ella está igual de aturdida que yo. Me mira, las lágrimas empiezan a resbalar de sus ojos mientras con los labios formula un lo siento. Mis cejas se hunden en total confusión.
—¿De que estás hablando, Jason?— pregunto lentamente al tiempo que giro mi rostro en su dirección. El hombre apenas y puede mantenerse de pie cuando suelta una estruendosa carcajada.
—¡Díselo Natalie! Dile que es un maldito bastardo, que si no hubiese sido por mí, estaría muerto en este momento ¡Dile lo puta que fuiste! —grita mientras señala a mamá con la botella. Ella sollozosa.
¿Bastardo?
De pronto siento como el aire abandona mis pulmones. Un ligero temblor aborda mi cuerpo entero. Soy incapaz de pronunciar una sola palabra.
—¡Lárgate de aquí, Jason!— grita mamá. Tío George la sostiene.
—¡Así es Jeremy! No eres mi maldito hijo. Tu madre fue una zorra que se folló a otro unas semanas antes de casarnos.— suelta una risa carente de humor— ahí tienes las respuestas, ahora lo entiendes todo ¿no? Te di mi apellido, te di comida y un techo ¿y cómo me lo pagan? Tú, un maldito bueno para nada, y tu madre una maldita zorra mentirosa que—
No termina de hablar ya que mi puño se estrella contra su asquerosa cara. Mi pecho arde y mis puños están sedientos de sangre. Lo golpeo una y otra vez. Nadie me detiene.
Recuerdo todas las veces que me trató como la mierda, las veces que me golpeó con el cinturón, cuando trató mal a mamá, cuando la golpeaba y me encerraba en el sótano. Mi furia crece más y más con el pasar de los segundos y recuerdos. Él trata de defenderse pero está tan borracho que le es imposible.
—Agradezco al cielo no ser tu hijo— siseo en su rostro desangrado. Escucho un quejido en respuesta.— Ahora que ya lo sé todo. Nada me detiene para meterte en la cárcel y esta vez no tendré piedad. Maldita hijo de puta.
Estampo su cuerpo contra el pavimento. Me levanto del suelo sin ver a nadie. Mi mente corre demasiado rápido en este momento. Mamá grita mi nombre cuando me dirijo al garaje para sacar mi motocicleta. Necesito alejarme de aquí.
—¡Jeremy!
—¿¡Qué!?— me giro bruscamente en su dirección. Tío George y Tristán están atentos a mis movimientos pero no dicen nada.— ¿¡Por qué nunca me lo dijiste!? Ese malnacido abusó de nosotros, ¡me golpeaba, mamá! ¿¡Y tú que hiciste!? ¡nada! ¡no hiciste nada! —aprieto los labios al tiempo que tomo una respiración profunda— ese hombre me jodió la existencia, me hizo pedazos. Nunca le respondí como se lo merecía por tí.
