'¡Te quiero!'

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(Narrador omnisciente)

Ambos caminaban por las anchas calles de la feria, las cuales estaban repletas de niños, jovenes y ancianos con sus respectivas familias.

Tambien se podia ver a muchas parejas, algunas cogidas de la mano, otras riendo, charlando o dandose algún que otro beso.

Izuku no podia dejar de mirar cada detalle que pasaba ante sus ojos. Ese ambiente lleno de alegria tambien le llenaba a él.

Miraba cada puesto de la feria como si fueran figuras de All Might coleccionables.

Katsuki, mientras tanto, miraba el rostro de su acompañante con una sonrisa timida. Admiraba sus ojos esmeralda, los cuales brillaban bajo los farolillos que adornaban el camino.

El pequeño señalaba cada puesto con mucha emoción, murmurando todo tipo de cosas sobre cada uno de ellos.

-¿Te apetece que vayamos ya a cenar algo?-logró decir el rubio, mientras notaba como los colores subian a sus mejillas lentamente-se está haciendo tarde, y nos tiene que dar tiempo a ir a ver los fuegos.

El menor asintió con rapidez, mientras un sonrojo aun más fuerte que el de ojos granate aparecia en sus cachetes.

-¡Si, vamos Kacchan!-contestó con energia, mientras sus ojos verdosos brillaban de alegria-vamos a algún sitio en el que hagan platos picantes, sé que te encantan.

Bakugou negó ante aquella propuesta con una sonrisa, feliz de que hubiese pensado en algo asi.

-No, tengo algo mejor-dijo, mientras miraba a su alrededor- ven, sigueme.

El mayor comenzó a caminar, y el menor logró alcanzarlo, caminando de nuevo uno al lado del otro.

De pronto, ambos notaron como sus dedos se rozaban de vez en cuando al caminar, pero ninguno dijo nada ni interrumpió la conversación que estaban teniendo.

Hasta que, sin darse cuenta, sus manos se entrelazaron con timidez y delicadeza.

El silencio se hizo presente, pero daba igual, era un silencio muy comodo para los dos.

Izuku miraba sus manos entrelazadas con una sonrisa suave y con un sonrojo muy notorio, y Katsuki, en cambio, miraba hacia otro lado, lleno de verguenza pero feliz de poder estar asi con Deku.

Ninguno de los dos podian creer aun todo lo que estaba pasando. Despues de tantos años gustandose, al fin estaban asi.

Pasaron por un par de calles más hasta que llegaron a un pequeño restaurante al aire libre. Aquel sitio desprendia un olor increible.

Alrededor habian unas cuantas mesitas, algunas vacias y otras llenas con gente charlando y disfrutando de su cena.

Los dos caminaron hacia una mesa y se sentaron.

-¿Y bien? ¿Por qué me traes a este sitio, Kacchan?- preguntó el pequeño, mirando todo detalle con curiosidad.

Antes de que al rubio le diese tiempo a contestar, apareció uno de los camareros.

-¿Que desean tomar?-preguntó el hombre con una sonrisa.

-Él un Katsudon-dijo Katsuki, señalando al peliverde-y yo otro, pero pongale picante, mucho si puede ser.

El señor rió con ternura y escribió todo en su libreta.

-A la orden-contestó el camarero, retirandose de alli.

Cuando el rubio levantó la mirada, se cruzó con aquellas esmeraldas, las cuales le miraban de manera alegre.

-Gracias por traerme a este sitio, Kacchan-susurró, junto con una sonrisa sincera.

Siempre has sido tú  {Bakudeku} (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora