Después de su pelea, Izuku y Katsuki consiguen aclaran sus sentimientos y ambos logran admitir lo que llevaban apartando de su mente durante años. Pero aqui viene el problema, ¿que deberian hacer ahora? ¿ignorar sus sentimientos o enfrentarlos? ¿lo...
Disculparme... Esa palabra rondaba por mi cabeza cada día.
La idea de Kirishima no era tan mala si lo que queria conseguir era quitarme todos esos malos pensamientos de la cabeza para asi intentar acercarme más tranquilo a Deku.
Y por que a parte de todo esto, él se merecia esas disculpas, ya que en la pelea que tuvimos no pude hacerlo.
Lo malo de todo esto era mi tremendo orgullo. ¿Cómo iba a disculparme yo, el mismo Katsuki Bakugou? Además, aunque consiguiese apartar mi orgullo y mi ego, ¿cómo me disculpo?
Un millón de preguntas similares rondaban por mi mente durante estas tres semanas que habian pasado desde aquella charla con el pelo de mierda.
Durante estas semanas, Deku habia estado bastante timido conmigo por alguna razón que desconocia, pero aun asi cada vez nos acercabamos más, nos haciamos muchas bromas y yo de vez en cuando me burlaba de forma cariñosa de él, a lo que se sonrojaba de la verguenza.
Poco a poco estabamos más cercanos, y eso me alegraba.
Pero aun no me habia disculpado, y eso me taladraba poco a poco la cabeza.
-¡A la mierda, paso de pensar más!-exclamé levantandome del escritorio de mi habitación y tirando la silla en el acto.
Salí del cuarto y andé rapidamente por el pasillo, en 2 segundos llegué a mi destino.
Pegué una patada a la puerta y casi me la cargo. Mierda, tengo que aprender a controlar esos impulsos.
-¡Kacchan! ¿¡Que te pasa!?-me preguntó desconcertado.
Su cara de susto me dió un poco de gracia y no pude evitar soltar una pequeña carcajada.
-¿¡De que te ries!?
-No te hagas el enfadado porque no te sale, Deku-le dije con un tono sosegado.
Él no hizo más que carraspear y sonrojarse.
-Soy 'malo' cuando quiero, Kacchan-dijo mirando al suelo en un tono de voz bajito-pero contigo no quiero...
Eso último lo dijo en un susurro y no lo escuché. Le iba a preguntar, pero miró al suelo y me preguntó primero que que me traia por aqui de esa manera tan alterada.
Cerré la puerta y me senté en el suelo. Miré hacia arriba, econtrandome su rostro, el cual me miraba de manera confundida.
-Ven, sientate-le dije mientras daba palmaditas al suelo delante de mi.
Él alzó una ceja sin saber lo que pasaba, pero hizo caso. Se levantó de su escritorio y se sentó en frente de mi.
(Pov. Omnisciente)
-Pues verás...-dijo el rubio intentando calmarse-yo...
-¿Has hecho algo malo? ¿Te has metido en algún lio?-preguntó el pequeño con ansiedad, preocupado por Bakugou.
Él mayor suspiró y sonrió de manera leve. Sacudió la cabeza y Deku volvió a alzar una ceja, sin entender nada de nada.
-Y... ¿entonces?-dijo acercandose un poco al de ojos carmesí de forma curiosa- ¿que pasa? Te veo alterado, aunque eso es normal en ti, pero no sé, esta vez es diferente...
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