Harry Potter y el legado maldito

Pociones

Habían pasado un par de días desde el partido entre Gryffindor y Ravenclaw. Albus se encontraba de mejor humor. Ese día, durante la mañana, los de Slytherin tenían clases de pociones junto con Gryffindor.

Era una de las pocas clases que compartían con las chicas, por lo que, obviamente, era la clase favorita de Scorpius.

La clase de pociones estaba en manos del Profesor Ernie Lynch el cual había adquirido el puesto luego de la jubilación del Profesor Horace Slughorn.

Albus, era muy malo con las pociones, y muchas veces pasaba vergüenza frente a la clase. Rose, en cambio, siempre hacía todo a la perfección, y constantemente estaba ganando puntos para Gryffindor, lo cual no le sorprendía a nadie, siendo la hija de Hermione Granger.

Ese día, tenían que realizar una poción llamada "el filtro de muertos", la cual es una poción avanzada que podría llevar al bebedor a un somnífero sueño mortal.

Los ingredientes son: ajenjo, asfódelos, raíces de valeriana, pereza cerebral, judía soporífera y el jugo de 12 granos de sopóforo, y si está bien preparada, debiera ser clara como el agua.

Acababan de comenzar y el Profesor Lynch, ya estaba felicitando a Rose.

—Impresionante Weasley, sigue así y una gota de tu poción, podrá dormir hasta al mago más fuerte— exclamó el profesor orgulloso—5 puntos para Gryffindor— claramente Rose era su alumna estrella.

Está sonrió ante el comentario del Profesor, y se enfocó aún más en lograr la poción perfecta.

Tanto Scorpius, como Albus y Pandora se encontraban bastante perdidos siguiendo la receta, y miraban impresionados la facilidad con la que trabajaba su amiga, aunque no les sorprendía, Rose siempre iba más adelantada que el resto.

Nunca habían entendido cómo era que tenía el tiempo para pasar tantas horas en la biblioteca, y a la vez ser tan buena como lo era en el quidditch.

—Eh felicitaciones, sigue así—le susurró Scorpius a Rose. Esta lo miró extrañada y le sonrió. Scorpius se puso colorado y apartó la mirada —¿En qué estabas pensando? ¡¿Sigue así?! ¿Quién dice eso?! Definitivamente sonaste como un idiota, genial— pensó.

Albus y Pandora seguían tratando de realizar la poción, que definitivamente no les estaba funcionando.

El caldero de Albus, tenía un aspecto verdoso y salían burbujas con muy mal aspecto. El de Pandora lucía un poco mejor, pero claramente no era como tenía que verse el resultado final.

Ambos, intentaban de seguir todo lo que Rose hacía, lo cual era bastante evidente.

—Potter, Scamander, quiero los ojos en sus calderos— dijo el Profesor Lynch.

  Nadie podía negar las grandes habilidades del Profesor, sobre todo en lo referido a la clase de pociones. Sin embargo, era un hombre con poca paciencia y no le interesaba llevarse bien con sus alumnos, claro, si estos no eran excelentes como Rose.

El caldero de Pandora cada vez se estaba viendo peor, y en un momento de desesperación sacó su varita disimuladamente y susurró un simple encantamiento. Como era de esperar, no resultó para nada bien, y la poción empezó a rebalsar por sobre su caldero.

Inmediatamente, Albus se dio vuelta para mirar lo que le había sucedido a su amiga, y con su brazo volteó el contenido de su propio caldero por todo el mesón, que se comenzó a derretir al instante.

Toda la clase fijó la vista en el desastre que habían armado los chicos y comenzaron a reír, menos Rose que seguía muy concentrada terminando su poción.