La manta

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Scorpius se encontraba recostado en un sillón descansando. En cambio Albus no había dejado de dar vueltas.

— No sacas nada con ponerte nervioso— exclamó Scorpius. — Deberías descansar—.

—Lo se— contestó Albus— pero no puedo evitarlo—Si esto no funciona..— empezó, mientras se asomaba por la ventana..

Las chicas venían caminando hacia la casa, Albus las vio y salió a encontrarse con ellas de inmediato. Scorpius lo siguió.

Rose de modo triunfante les mostró la tinta.

— ¿Se siente bien romper las reglas no?— exclamó Scorpius. Rose le sonrió, al fin y al cabo, Scorpius tenía razón era un poco obsesiva. Y romper las reglas de vez en cuando no estaba para nada mal. Estaba comenzado a gustarle.

—Ahora falta la parte más importante.. — exclamó Pandora— escribir el mensaje en la manta—.

— Buen punto.. Pero, ¿Cómo conseguiremos la manta?— preguntó Scorpius.

—Tenemos que entrar a la casa de tus abuelos— contestó, dirigiéndose a Albus.

— Yo iré.. tengo que hacerlo yo— exclamó Albus. Ninguno de sus amigos lo contradijo, estaba claro que no podían ir todos.

Rose le pasó la tinta y una pluma que tenía guardada en su bolso. Todos, menos Albus, se dirigieron hacia la casa.

  Scorpius antes de irse preguntó— ¿Estas seguro?—.

Albus afirmó con su cabeza—Tengo que ir yo solo—.

Tenía que ser él. Aquella era su familia.. su padre...Además él era el culpable de todo esto.

Scorpius entró a la casa y Albus se puso en marcha hacia la casa de sus abuelos.

Lily y James Potter.. quien diría que tendría la suerte de verlos en persona.. tenía muchas ganas de contárselo a su padre. La manera en que se quería entre ellos, y lo importante que era su padre en sus vidas.

   Aquel pensamiento hacia que su corazón se apretara.. el recuerdo de su padre, de su familia y de todo el dolor que les había causado volvía con fuerza.

El Valle de Godric no era un pueblo grande. Por lo que Albus no se demoro mucho en encontrar la casa de los Potter.

La reconoció de inmediato, era exactamente igual a las fotos que su padre le había mostrado hace ya un tiempo.

   Se quedó un rato esperando. Por la ventana del segundo piso se podía ver a Lily con Harry en sus brazos, estaba tratando de hacerlo dormir.

No pasaron ni diez minutos, y al parecer Harry ya se había quedado dormido. Albus observó como Lily lo dejaba en su cuna y abandonaba la habitación. Había llegado el momento. Tenía que entrar.

Cerca de la ventana había una árbol, era perfecto. Lo escalaría y entraría a la habitación sin que nadie se diera cuenta. Tenía que ser cuidadoso.

    No se demoro mucho en llegar hasta arriba La ventana estaba media abierta, por lo que la terminó de abrir lentamente. Se asomó una última vez para verificar que no hubiera nadie dentro y entró.

   Su padre estaba durmiendo en una pequeña cuna en el centro de la habitación. Era increíble.. era solo un bebé inocente.. quien pensaría que el día de mañana iba a detener  a uno de los magos más poderosos de todos los tiempos.

Albus empezó a buscar por la habitación. La manta tenía que estar por ahí. En un momento, sintió que alguien lo miraba.

Se volteó y sus ojos se encontraron con unos grandes ojos verdes. Su padre se había despertado. La manta estaba abajo de él.

Harry Potter y el legado malditoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora