Harry Potter y el legado maldito

Casa de los Gritos

     Pandora y Scorpius iban a paso firme detrás del Profesor Snape. Todos los estudiantes parecían temerle, incluso más que a la Srta. Umbridge. Abrían los ojos como un signo de preocupación al ver que Pandora y Scorpius lo estaban siguiendo.

   Ninguno de los dos sabía hacia donde se estaban dirigiendo. Pero por alguna extraña razón confiaban en él.

Iban a salir del camino cuando una voz, que reconocieron de inmediato exclamó. El Profesor Snape sé detuvo.

—Profesor Snape ¿A dónde cree que va con estos estudiantes?—.

—Srta. Umbridge lo que yo haga con mis alumnos no es de su incumbencia— contestó tajante, casi sin voltear la vista hacia ella.

— Profesor Snape, como se atreve.. —

Este simplemente siguió caminando. A Scorpius trató de disimular su sonrisa. Salieron del castillo, mientras la directora los miraba furiosa. No tenía tiempo para seguirlos.

   Ninguno de los tres habló en todo el camino, en un punto ambos chicos se dieron cuenta que se estaban dirigiendo hacia el Sauce Boxeador.

Se estaban acercando demasiado a este, los chicos comenzaron a preocuparse, los Sauces Boxeadores no eran conocidos por ser árboles amigables.

—Immobilus— exclamó el Profesor sin detener le paso. Las ramas del Sauce Boxeador se quedaron inmóviles.  Los chicos quedaron impresionados. El Profesor Snape entró hacía este por el trono, Pandora y Scorpius iban detrás de él, no se habían separado en ningún momento.

  Recorrieron un camino largo y oscuro, era un pasadizo. Al final de este se encontraron dentro de una casa, pero no era cualquier casa..

— Estamos en la Casa de los Gritos, en Hogsmeade —  exclamó Pandora, esta ya había escuchado la historia acerca de aquél lugar, había sido construido para Remus Lupin, el padre de Teddy.

—Bravo, alguien hizo sus deberes —  exclamo Snape en modo sarcástico, este no se había detenido en ningún minuto, se encontraba subiendo las escaleras. Entró directamente en la primera habitación que había, los chicos entraron detrás de él.

Se sobresaltaron de inmediato, dentro de aquella habitación se encontraban Ron y Hermione discutiendo alrededor de una mesa, ambos posaron su mirada en los recién llegados.

—¿Qué hace ese Malfoy aquí?— exclamó Ron de inmediato, Hermione parecía estar de acuerdo con este.

—Eh.. y-yo— empezó Scorpius.

—Deben escucharnos— exclamó Pandora con voz firme.

—Tiene razón— siguió el Profesor Snape.

—¿Qué tienen que decirnos un par de chicos, Snape?— contesto Ron, parecía molesto.

— Ron.. — comenzó Hermione mientras ponía su mano en el hombro de este para calmarlo— Debe ser importante, por algo Snape los trajo hasta acá—.

Ron miró a Snape, luego a los chicos —Está bien ¿Qué sucede?—.

Pandora sin dar ninguna explicación, se sacó el giratiempo de su cuello y se los entrego. Hermione lo miraba emocionada, le traía recuerdos.

— ¿Cómo han conseguido esto? — preguntó Hermione sin separar los ojos del giratiempo.

—Es una larga historia— empezó Scorpius.— Pero es solo un prototipo, solo sirve regresar por cinco minutos—. Hermione nunca había escuchado hablar de un prototipo.