30 días otp ~ Riumba ~ Yaoi Hard

Uke ebrio

Anteriormente...

Se oyeron gemidos de parte de los dos el peliazul se corrió y esto hizo que Rius llegue al clímax más rápido. Timba salió de él, suficiente por hoy antes de que se descontrole más y sigan así por toda la noche.

Después de esa noche de pasión Rius despertó cojeando cómo era de esperarse. No le echó la culpa a su novio porque sabía que él había tenido cuidado y el le había pedido más. En fin, era su culpa.

Por suerte no había quedado inválido.

– Escucha pollito, te pasaré a buscar más temprano hoy. Quiero que estés acá en casa lo más pronto posible.

– ¿Por qué?

– Andas cojito, puede volverse peor si caminas mucho.

– Bueno

– Te amo mi poio. – le dio un corto beso en los labios y se fue a la universidad, el también pediría salir más temprano para regresar por él.

Horas más tarde, Rius estaba a la salida esperando por Timba, que no tardó en llegar. Se subió al auto, cerró la puerta y se puso el cinturón.

– Hola Timbi.

– Hola poio, ¿Cómo te fue?

– Si te refieres a nivel psicológico bien, a nivel físico más o menos y en cuanto a mis notas regularmente bien.

– Eso de regularmente bien no sé cómo interpretarlo, pero lo acepto.

– Yey

– ¿Y te ha dolido?

– Solo me ha molestado, no lo puedo llamar dolor.

– Ya, no lo haremos más, dejaremos que pasen varios días.

– Porqueeeee

– Creo que me duele más a ti que a mí, pero cada vez que lo hacemos nos terminamos pasando y quedas así.

– Ok... Pero mis besos...

– Tu dosis de besos diarios no te la quitaría jamás, es más, desde hoy la dosis se multiplicará.

Rius se puso feliz.

– Deberías enseñarle al sol a brillar bebé...

– Uuh, que bonito. – en su mente: anota esa frase Mario Hugo Bv

Entraron a su casa y Rius llegó directo a sentarse al sillón.

– Te traeré algo para beber. – el mayor se fue a la cocina y le trajo un vaso de cerveza con un hielo.

– ¿¡Cerveza?! ¡Soy menor de edad aún!

– Es un poquito, solo un vasito no te causará nada, si no no te lo daría.

– ¿En serio?

– Prueba – el menor recibió el vaso y le dio un sorbito. – ¿Cómo está?

– Raro... – le dio un trago, después otro, y el contenido del vaso desapareció.

– ¿Viste? No te pasó na-

– TIMBIIIIIIIIII – el peliblanco chilló y fue directo a abrazar a su novio como si no lo hubiera visto en años. – ¿Me veo bonito?

– ¿Eh? Amor... Lo siento... Creo que te di un vaso muy grande...

– ¿Dices que me veo feo? – ahora se puso triste y Timba se sintió mal.

– Te vez hermoso, pero acompáñame a la cama...

– Sucio

– ¿Qué? ¡No! Hablo de que vengas a acostarte que estás ebrio.

– ¿¡Ebrio?! ¿Yo? ¡Para nada!

– Ven – el mayor quería tomarlo en brazos, pero el peliblanco dio unos pasos hacia atrás. – ven bebé...

– No, no quiero...

Timba suspiró y se tomó el puente de la nariz con los dedos, no le volvería a dar ningún tipo de alcohol.

– Ven, tu Timbi quiere un besito, seguro que tú también quieres uno.

Rius sonrió y se acercó tímidamente.
El peliazul lo besó y lo cargó.

– Timbi, tengo calor.

– Lo supuse, solo acuéstate, no te tapes. – le tocó la frente, tenía fiebre. Le tiró unas groserías al aire.