Parte XIII. The Things I Once Loved

105 6 0
                                    

A/N Se acabaron mis vacaciones, mañana regreso a la universidad y este es el último capítulo que tenía previamente escrito así que espero poder escribir los 10 capítulos que le quedan a la historia antes de que la universidad se apodere de mi vida :(((( en fin, les dejo este capítulo, espero lo disfruten, bonito inicio de semana para todos.

 

“Y éramos flamas, y te necesitaba, necesitaba que corrieras por mis venas como una enfermedad, ahora somos extraños, desconocidos.”

 

Ellington se aferraba a su abrigo, el invierno había llegado con mucha fuerza, el frío hacía que no sintiera su nariz, por lo cual se apresuró a refugiarse en el edificio antiguo donde se encontraría con el que sería el abogado que los aconsejaría durante el divorcio, ya que no era necesario que cada uno fuera representado por un abogado, después de todo había sido una decisión mutua.

—Buenas tardes, señora Sheeran, mi nombre es Oliver Hann, quiero que me hable sobre su situación.

—Mi esposo y yo hemos decidido divorciarnos, queremos asistencia durante el proceso.

—De acuerdo, antes que nada cabe mencionar que un divorcio no es algo corto, lamentablemente requiere tiempo.

—Está bien, supongo, no tenemos prisa.

—¿Ambos están de acuerdo?

—Así es.

—Eso hace las cosas menos complicadas, me gustaría que me dijera cómo han decidido manejar el aspecto financiero.

—Creí que eso era directo con la firma…

—Me refiero a la repartición de bienes entre su esposo y usted.

—Ya entiendo, pues no lo hemos hablado.

—Ok, primer paso, es que discutan cómo será ¿cree necesario que esté presente a la hora de hacer el acuerdo?

—No, estoy segura que Ed y yo podemos manejarlo y después le informamos.

—Excelente, ahora sigamos hablando…

        Pasada casi una hora, Ellington sentía que su cabeza explotaría, tenía una jaqueca tremenda que le impedía ponerle atención completa al abogado. Al salir de ahí decidió que era bueno, tomarse un tiempo para asimilar lo que estaba pasando.

        Fue a una cafetería y mientras esperaba su orden, admiró el cielo, pronto comenzaría a nevar, parecía que estaba llegando el invierno y al llegar le arrancaba lo que más amaba.

        Veintitrés años y con un divorcio, wow, eso sí que era vergonzoso de admitir. Aunque estando con Ed había cambiado su manera de ser, sus raíces conservadoras provenientes de la familia de su papá, seguían haciendo acto de presencia eventualmente. La gente se casaba para formar familias y vivir juntos el resto de sus vidas, hasta que la muerte los separase; no para divorciarse años después. Llegó el mesero con su ácido de bateria, quería disfrutarlo lentamente, salirse un poco de la foto y mirar todo desde fuera.

¿Aspectos financieros? Sabía que era absurdo pensar que podían divorciarse y fingir que nada había pasado, para evitarse todo el proceso protocolario y demás, pero ¿qué rayos tenían? Cada uno trabajaba y aportaba para la casa, ambos ya contaban con un coche cuando se casaron, no había mucho-

        En ese momento Ellington recordó algo importante, la casa, la bella y adorada casa en la que la joven pareja se imaginó hasta su vejez, eso era lo que tenían en común.

There Goes Our Love ||E.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora