Parte IX. Your Heart Is Too Strong

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“Es el invierno más helado para mí, el sol no brilla más. El suspenso controla mi mente; no puedo encontrar la salida de aquí.”

 

Ellington despertó y de inmediato sintió frío, buscó la sudadera de Ed y se la puso, recordó el día anterior y se dirigió al baño, buscó entre un cajón y sacó el frasco de píldoras. Rápidamente tomó una.

—¿Qué es eso? —El pelirrojo preguntó desde la puerta y ella casi saltó del susto.

—Ácido ascórbico —Contesto lo primero que se le vino a la mente.

—Suena peligroso —Rió suavemente mientras se acercaba y tomaba su cepillo de dientes.

—Es una manera elegante de llamar a la vitamina C, pero eso de tener una hermana que estudió medicina me afectó.

—Bueno, me alegra que tomes vitaminas, las vitaminas son buenas.

        La castaña dejó ahí a su esposo y fue a buscar la ropa para después ducharse.

Una hora más tarde, Ellington estaba rebasando los niveles de velocidad camino al consultorio de la terapeuta Devaney, esperaba que sin hacer cita la pudiera ver; deseaba tan sólo que estuviera ahí, eran apenas las 9:30 AM.

Su mente trabajaba a mil por hora, así que decidió orillarse y llamarla desde su celular; milagrosamente, la terapeuta tenía un espacio en el que la podía atender.

—Buenos días, señora Sheeran.

—Buenos días ¿podemos iniciar? —Ellington sentía la necesidad de sacar todo lo que había en su mente.

—Claro, pasa —Apenas abrió la puerta, la joven casi se desplomó en el sofá.

—No puedo vivir a base de recuerdos.

—¿A qué te refieres?

—Estas últimas semanas hemos recordado bonitos momentos de nuestra relación y es agradable pero no es suficiente, simplemente no lo es —Estaba al borde del llanto.

—Quiero que cierres tus ojos y respires, concéntrate en eso, por favor —Pasaron unos minutos de silencio—. Ok ¿te sientes más tranquila?

—Eso creo.

—¿Han pensado la pregunta que les hice la primera sesión?

—¿Cuál de todas?

—¿Desde cuándo habían comenzado los problemas? —Ellington recorrió su rostro y cabello con sus heladas manos.

—Sigo sin saberlo, tengo algo más que confesar…

 

Más tarde esa misma mañana, Ellington entraba a su oficina sosteniendo su café con la mano izquierda, donde yacía un anillo de bodas, al verlo su mente decidió traer el recuerdo de la propuesta de Ed.

 

La joven pareja estaba feliz porque comenzaba oficialmente el verano, un año más de universidad había pasado rápidamente.

—¿Puedes creerlo? En menos de dos años terminaré la universidad —Ellington se sentía orgullosa de sí misma, había adelantado las materias que podía cada semestre.

—Eres demasiado nerd —Ed le entregó una taza de café.

—Ácido de batería —Cuidadosamente dió un pequeño sorbo—. Sabes exactamente cómo preparar mi café, una gran razón por la cual te amo.

There Goes Our Love ||E.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora