Parte III. Barely Breathing

158 10 0
                                    

A/N Estas partes las escribí hace como dos semanas y creo que apenas me di cuenta que son algo aburridas, pero pronto la historia tendrá un poco más de ese algo que creo la hará más interesante y atractiva ante sus bellos ojos, que pasen un bonito fin de semana.

“Apenas puedo respirar, de repente estoy flotando sobre su cama y lo siento todo, repentinamente sé exactamente lo que he hecho, mas no puedo mover nada, y de repente sé que hice y sé lo que significará para mí.”

 

—Me alegra tanto que se acabara la presión de la visita de los jefes —Comentó alegremente Terrence, mientras bebía gustoso su cerveza.

—Lo sé, creo que cada vez que vienen, me canso más ese día que lo que me canso una semana normal —Respondió Ed, también relajándose un poco, ahora sin corbata, y mirando a sus compañeros celebrar.

—Pobre de Ingrid, hasta ella se estresó, mi estrés laboral terminaba desembocando también en mi casa —Esto puso pensativo al pelirrojo, y decidió tener una pequeña charla con su amigo.

—¿Sabes? Las cosas con Ellington no están bien.

—Tenemos dos semanas preparando todo para que la maldita inspección sea del agrado de los estirados, eso repercute en casa, querido Edward.

—No, esto lleva ya varios meses —Ante la tensión que se notaba en él, Terrence, prestó más atención a lo que le confiaba su amigo.

—¿Qué crees que está pasando? —Trató de hacer la siguiente pregunta con cautela— ¿Crees que está viendo a alguien más?

—No, no lo había pensado y realmente no siento que sea eso, simplemente las cosas cambiaron —Por primera vez, Ed decía las cosas con las que cargaba desde hace tiempo, no era fácil pero se sentía bien sacarlo de su pecho.

—Intenta pensar bien las cosas y habla con ella, no creo que sea algo que no se pueda arreglar, son jóvenes, pueden superar esos obstáculos.

¿Podemos? Pensó Ed y antes de que pudiera discutir más la situación, la esposa de su compañero y amigo le llamó para decirle que era requerido en casa, ella necesitaba refuerzos para controlar a los niños que habían comido más chocolate del permitido.

Terrence era uno de los pocos compañeros que también llamaba amigo, además que siempre le daba buenos consejos con base en su experiencia marital, tenía tres hijos, y un matrimonio de 13 años.

Los demás compañeros que quedaban en el bar, eran la mayoría solteros y Ed en un intento de desahogarse, intentó hablarles de su situación a otros más en los que confiaba, no obstante, éstos no pudieron darle un mejor consejo, pero si le pudieron dar bebida con la cual olvidaría sus problemas.

Después de unas horas más en aquel bar, salió de ahí y con la poca sobriedad que permanecía en él tomó un taxi a casa, llegó y después de sobrevivir la subida a su cuarto, entró en éste. Vio a Ellington dormida, no sabía si le había siquiera importado donde estaba, no recordaba pero según él, no lo había llamado ni una vez.

La observó por Dios sabe cuánto tiempo, y por más que intentó no pudo sentir aquello que sentía con anterioridad.

Su subconsciente se burlaba de él mientras le repetía: ¿lo ves? Esto le pasa a la gente que se casa joven, las cosas terminan tan pronto como empezaron.

Esto lo aterró y casi le devolvió la sobriedad, tenía miedo de ser una estadística más sobre el aumento de divorcios anual, tenía miedo de todos los “te lo dije” que obtendría de la gente, pero sobre todo tenía miedo de perder lo que tenía con Ellington, o mejor dicho tuvo.

Recostado en la cama su cabeza daba mil vueltas y más que por el alcohol presentía que la mayor causa de éstas, era la confusión que había respecto a su matrimonio. dirigió su mirada a su esposa e intentó acariciarla, rodear su cintura con su brazo como lo hacía antes mas no se atrevió a tocarla.

There Goes Our Love ||E.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora