ᴇɴ ᴘᴀᴜsᴀ
🦋Tercer libro de la Saga: FAIRY TALE
Sonrisas dulces, abrazos cálidos, felicidad desbordante, besos llenos de amor, los mimos y los "te amo" nunca faltaban, el amor crecía día con día.
Sus vidas estaban entrelazadas,solo faltaba dar el ú...
Aquel pequeño de cabello morado había escapado de los brazos de San, este lo perseguía, ya que no estaba bien abrigado, el menor cuando vio la nieve empezó a gritar y sin decir más salió de la acogedora casa.
—Hadita no corras, regresa aquí pequeño. —corrió detrás de un emocionado Wooyoung.
— ¡Esta nevando! —la pequeña hada corría feliz, sentían los fríos y pequeños copos de nieve en su rostro, pero sus piernas se enredaron haciendo que perdiera el balance y cayera sentado en el frío suelo. — ¡Auch! —se quejó, su trasero había dolido y su mano tenía un pequeño rasguño.
— ¿Estás bien? —Preguntó con preocupación, el pelimorado asintió. — ¿Te duele algo? —
—Me lastime mi manita. —le mostro el pequeño moretón que se había formado en su mano.
—Te dije que no corrieras. —tomó la manito del hada y empezó a dejar pequeños besitos, Wooyoung sonreía enternecido por la acción del alfa.
—Gracias lobito... —
—De nada, mi amor... —
—Alcánceme si puede... —el ojiazul se levantó y empezó a correr por todo el lugar, pero San fue más rápido, atrapándolo en el instante.
—Te alcancé... —tomó por la cintura al hada y lo alzó, este solo daba pequeñas sonrisas divertidas.
—Estoy volando... —Wooyoung extendió sus bracitos, sintiendo un poco de nostalgia al recordar que ya no tenía sus alas.
Pero un pequeño estornudo por parte del hada hizo que San frunciera su ceño. —Es hora de entrar. —
Wooyoung se enfermaba con facilidad y está vez no estaba abrigado como se debía, así que tomó el pequeño cuerpecito y lo cargo, llevando al hada de regreso a la cálida cabaña.
—No, San, bájame. —Wooyoung trataba de bajarse pero San lo abrazo con fuerza. —Quiero jugar en la nieve. —
—Abrígate bien, después puedes salir a jugar con tu amada nieve, primero está tu salud. —El alfa entró en la habitación y dejó al hada sentado en la cama.
—Eres un lobito malo... —San sonrió al ver la pequeña rabieta de Wooyoung.
—No soy malo, solo quiero protegerte... —San ayudó a Wooyoung a colocarse el abrigo, junto con el gorro y los guantes. —No quiero que te enfermes. —dejó un beso en la fría nariz del hada. —No te enojes mi amor. —
—Deja de ser tan tierno, cada día te amo más, San. —Wooyoung se aferro a la cintura de San envolviéndola con sus brazos, escondiendo su sonrojado rostro.
