Capítulo 12

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—Es muy difícil dar contigo últimamente —le dijo Serena, mientras se sentaba en el sofá de Usagi, el miércoles por la noche.

Usagi sabía que debería haberse preparado para el interrogatorio. Ella y Serena siempre habían sido íntimas amigas, y solo era cuestión de tiempo que su prima supiera lo que estaba ocurriendo en la vida de Usagi. De hecho, estaba sorprendida de que Serena hubiera tardado tanto en interrogarla, y aun así no sabía qué decirle a su prima. No quería mentirle, y cualquier cosa que fuera menos que la verdad completa sería una mentira. Pero ¿cómo podía explicarle a Serena que había tenido la experiencia sexual más increíble de su vida con el hermano de su marido?

—He estado muy ocupada —intentó excusarse ella.

—Eso es evidente. He estado llamándote todo el fin de semana.

—He salido fuera.

—¿De verdad?

Usagi no podía culpar a su prima porque su tono de voz fuera de sorpresa. Si ella salía de viaje, siempre le contaba sus planes a Serena.

—¿Tú sola? —preguntó Serena.

Usagi suspiró.

—No.

—Mmm.

—No me digas «mmm» —murmuró Usagi —. Casi puedo oír los engranajes de tu cerebro funcionando a toda velocidad.

Serena sonrió.

—Debes de saber que estoy muy contenta de verte feliz.

—No puedo contártelo.

—No te estoy preguntando nada.

—Eso no importa —le dijo Usagi—. Si me estuvieras intentando sonsacar los detalles, podría decirte que te metieras en tus asuntos. Pero estás ahí sentada, con esa sonrisa petulante, y me siento como si estuviera engañándote.

—¿Por qué?

—Porque no te he dicho con quién he estado este fin de semana.

—Supongo que habrá sido con Mamoru —dijo Serena.

Usagi notó que se le caía la mandíbula inferior.

Serena se encogió de hombros.

—¿De verdad pensabas que no lo sabía?

—Bueno… sí.

Su prima sonrió.

—Tendría que estar ciega para no notar las vibraciones que hay entre vosotros.

—¿Y te parece… bien?

—¿Por qué no iba a parecérmelo?

—Porque me he pasado el fin de semana… haciendo el amor salvajemente con tu cuñado.

La sonrisa de Serena se hizo más amplia.

—Salvajemente, ¿eh?

—No estás haciendo caso de lo más importante —dijo Usagi secamente.

—No creo. Lo más importante es que lo has pasado bien este fin de semana.

—Fue asombroso —admitió Usagi—, pero… no sé qué va a ocurrir ahora.
Adonde van a ir a parar las cosas.

—¿A qué te refieres? —preguntó Serena—. ¿Te ha dado a entender que se había terminado? ¿Te ha dado las gracias por todo y ya está?

—No, por supuesto que no —Usagi estaba ansiosa por desviar cualquier reproche que pudiera hacerle—. Pero hemos estado haciendo las cosas muy deprisa, y ha sido un gran paso para mí. Para nosotros. Y… —sonrió, todavía sobrecogida por lo que había descubierto con Mamoru—. Nunca habría pensado que hacer el amor podía ser así. Tan… maravilloso.

CORAZÓN BLINDADO  (McIvers Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora