Capítulo 4

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    CUANDO terminó la ceremonia y los recién casados desfilaron de vuelta por el pasillo, Yerin permaneció junto a Taehyung mientras éste despedía fila a fila a los invitados. Algunos hombres parecían incómodos y rígidos en sus esmoquin, pero Taehyung estaba totalmente a sus anchas con él. Su pelo castaño se curvaba levemente sobre el cuello de la chaqueta y caía lo justo sobre su frente como para suavizar el empuje de su fuerte mandíbula y altas mejillas. Yerin estaba lo suficientemente cerca de él en esos momentos como para no poder verle el rostro sin alzar la mirada, pero lo que tenía a la altura del ojo le producía pequeños escalofríos. El plano estómago y el musculoso cuerpo de Taehyung habían hecho que su imaginación se desbocara.

—Es tu turno —susurró Taehyung, inclinándose hacia ella—. Me alegra que te quitaras el abrigo.

Yerin se lo puso mientras se unía a la gente que fluía por el pasillo hacia la salida, donde los recién casados saludaban a los invitados. Sintiendo una repentina timidez ante la idea de presentarse sola a la novia que llevaba su vestido, encontró un hueco junto a la mesita en que se hallaba el libro de invitados.

—Veo que estás con Taehyung.

La rubia que a la entrada se había encargado del libro de invitados le dedicó una mirada a medias hostil.

—Así es —contestó Yerin. Cualquier afán de explicar la naturaleza de su cita con Taehyung desapareció al ver la competitiva mirada de la rubia.

Cuando Taehyung se reunió con Yerin, insistió en presentarle a TaeHee, y el momento no fue tan difícil como ella había temido.

Luego fueron en coche a la sala en la que iba a tener lugar la fiesta de celebración. Cuando entraron en el vestíbulo, el trío que iba a amenizar la fiesta estaba afinando sus instrumentos. Yerin se desabrochó el abrigo junto al guardarropa y Taehyung le ayudó a quitárselo. Al sentir el roce de sus dedos en su hombro desnudo, un escalofrío de placer recorrió todo su cuerpo.

—Resérvame un baile, Tae.

Una de las damas de honor, alta y con el pelo color miel, saludó a Taehyung moviendo los dedos cuando pasó junto a ellos.

—Magnífico trabajo, Dayeon —dijo Taehyung.

«¿Qué trabajo?», quiso preguntar Yerin. Todo lo que tenía que hacer una dama de honor era caminar por el pasillo y luego quedarse quieta.

La rubia del libro de invitados arrinconó a Taehyung en cuanto entraron en la sala.

—Tienes un aspecto magnífico con el esmoquin.

—Lo mismo les pasó a los cincuenta tipos que se lo pusieron antes que yo, Nayoung.

—Seguro que estás deseando quitártelo.

—Si necesito ayuda con los botones, prometo avisarte.

—¿Es ella una «chica mala»? —preguntó Yerin cuando la rubia se fue en busca de una presa más fácil.

—Nayoung es... muy divertida —Taehyung sonrió maliciosamente y pasó un brazo por la cintura de Yerin—. ¿Puedo traerte una bebida? Se supone que no podemos empezar a divertimos hasta que la feliz pareja haya posado para que les hagan las suficientes fotos como para empapelar su cuarto de estar.

—Un refresco de limón estará bien, gracias.

—¡Error! Deberías pedir un vino blanco o una ginebra con tónica, aunque tuvieras intención de vaciarla en algún tiesto cuando me diera la espalda.

—¿Incluso aunque me estuviera muriendo de sed y la ginebra haga que se me hinche la nariz?

—¿La nariz? —Taehyung examinó atentamente el rostro de Yerin.

Vestido de Novia - TAERINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora