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Jade no despegó su mirada de la ventana, hasta que John la atrae hacia él. Sus miradas reflejaban preocupación por la situación, pero sobre todo preocupación por el bienestar del otro. Estaban temiendo por sus vidas. —Sabemos que estás aquí. Danny, sal, debemos hablar—habla fuerte uno de los vecinos, quien tenía una escopeta en la mano, el nombrado se gira a mirar a Caitlin que había bajado con los chicos.

—¿Quién sabía que vendrían?

—Nadie.

—Alguno de tus amigos sabía, porque...

—Papá—habla el joven, pero es interrumpido por su padre, Jade se mira con John, quien se había alejado para revisar la parte de atrás de la casa.

—Scottie, ahora no.

—Envié a un amigo la foto del trofeo que Andy rompió—explica, sorprendiendo a la familia, los tres mutantes restantes se miran entre ellos ideando un plan para salir de esa casa. —Él juró que no le diría a nadie, lo juró.

—Hay siete al frente, ¿y atrás?

—Cuatro y uno en la puerta de la cocina. —Marcos y Jade se miran impasibles, sin saber qué hacer, entonces Jade mira a su novio. —Podemos atravesar el muro, pero si nos disparan, habrá pelea.

—O podemos salir por la cocina si controlo la mente del que está ahí para mandarlo a su casa.

—¿Por qué debemos huir? —todos miran a Andy, sin comprender.

—¿No oíste?, hay un ejército afuera.

—Podemos vencerlos.

—Claro que podemos vencerlos, pero morirían personas—habla John, mirando unos segundos a Jade, replanteando su plan, mientras que la rubia miraba a Andy, confundida por su actitud.

—Pues es hora de que aprendan.

—Andy, no hablas en serio—dice su madre desconcertada y un poco decepcionada.

—Claro que sí, mamá, escúchalos, nos odian.

—Entréguelos y nos iremos.

—Andy, somos mutantes, no asesinos, y hay una diferencia muy grande entre esos dos conceptos—reprende Jade al chico, quien desvía la mirada, intimidado.

—Iré yo, es Chuck Sanders.

—¿Chuck? nadábamos juntos, íbamos a la iglesia. —Jade no evita rodar los ojos ante la ingenuidad de la mujer.

—Lo sé, pero no entiendes lo que esta gente... siente acerca de esto—dice caminando hacia la puerta, y se gira a mirar a su hermana. —Deben irse, ahora.

—Vamos, Caitlin—murmura Jade para que se aparte de la puerta, la tensión era latente en la sala. Dentro de la mansión se podía escuchar la conversación, John se mira con Marcos y finalmente con Jade, quien no podía evitar sentir miedo.

—... Gente preocupada por la comunidad.

—¿Qué quieren?

—Sabes por qué vinimos. ¿Ahí están Caitlin y sus hijos?

—No sé de qué hablas—responde con facilidad el hermano de Caitlin. Jade aprieta el agarre cuando siente a la mujer temblar, la rubia comprendía a Caitlin, pero sabía que tenía que pasar por esto, para que así se dé cuenta de la realidad de la vida de los mutantes.

—Basta, Danny, Rick vio una foto de tu hijo en la práctica de natación que él mismo envió.

—Sabemos que están adentro. —Jade mira el rostro de los hermanos Strucker, reflejando diferentes reacciones. Mientras que Lauren estaba asustada y llena de miedo de lo que podría pasar, Andy se contenía de la furia; y Jade sabía que eso perjudicaría la situación. —Entrégalos y no entraremos. Sé que son tu familia, pero destruyeron la escuela. Queremos mantenerlos a salvo.

Control «The gifted»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora