006

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Fuimos donde estaban Clarice y los chicos, pero bufé cuando vi que estaba Sonya también. Miré a Clarice y estaba sudando mirándonos a todos.

—Esta ardiendo. Johnny esta empeorando—dije preocupada mirando a mi hombre, quería lucir delante de la pelirroja que él me había escogido, otra vez.

—Chicos, debo irme—susurro Clarice con dificultad y asustada.

—Debemos comenzar a sacar a todos—dijo John, a lo que estuve de acuerdo al instante.

—No abandonaremos este lugar. —rodé los ojos ante el comentario de Sonya.

—No hay opción, ¿de acuerdo? Esta abriendo portales y Lauren no soportará.

—Puedo intentarlo, pero... —le sonreí tranquilizando Lauren.

—Mamá no debe tardar. ¿Cierto?

John me miró y luego al rubio. —Tal vez. Pero debemos considerar la posibilidad...—los poderes de Clarice interrumpen a John, la pelimorada se queja de dolor y lloriquea.

—Podría ser el fin, quizá debamos evacuar—dije volviendo a colocar mis manos en su cabeza.

—¡Jade!

No hice caso y mis ojos se volvieron rojos, igual que los de Clarice. —Lauren, hazlo.

Ella asintió y se puso en frente del portal. Hice mayor concentración para calmarla. —¡No soportaré más!—escuché el grito de Lauren, y cierro los ojos, pero fue imposible. El bloqueo en la mente de Clarice se hizo más fuerte. Lauren cayó a un lado y sangre empezó a salir de mi nariz. Grité de dolor, pero me negaba a dejar a Clarice. "Clarice, debes calmarte"

—¡Al suelo! ¡Al suelo, ahora!—limpie la sangre y dejé a Clarice para empezar a conectarme con toda la gente que estaba afuera. John derriba sin mucho esfuerzo a un tipo de la SWAT y lo saca de nuestro refugio.

—Andy, no—grito un poco agotada, pero el rubio no me hace caso y usa su poder. Todos caímos por la movida fuerte que hizo cuando derribó a los policías y a los oficiales. Me giré con un poco de mareo y con cuidado fui por Clarice que había caído de la mesa.

—¡Salgamos de aquí!—escuchaba los gritos de los refugiados.

El portal se cerró, pero al instante otros se abrían. —¡Oye! ¡Clarice, despierta!

—Chicos... —dije mirando todos los portales, amarré mi cabello ya que había mucho viento. Todos miraron alrededor confundidos y asustados.

—¿Qué ocurre?

—¡Salgan! Que salgan todos—dijo mirando a Sonya. Ella dudó, pero aún así obedeció y se llevó a los chicos.

—Traté de entrar a su mente, pero algo me bloqueaba—dije mirando a Clarice, las manos de John me detuvieron la acción.

—¡Debes irte con los demás!—me negué y besé sus labios.

—Estamos juntos ahora. Te guste o no.

Él suspiró frustrado porque sabía que no lograría que me fuera, miramos a Clarice y ella estaba asustada. —Deben dejarme ir.

—No. Eso no es opción—dije colocando mis manos en su cabeza e intenté calmarla, pero solo logré que más sangre brotara de mi nariz.

—Jade, tus ojos—dijo John preocupado, fruncí el ceño y pasé mis manos por mis ojos. De los cuales empezaron a salir sangre. —No sigas, y vete de aquí.

—No me iré.

No sé cuánto tiempo pasó, pero por un portal vimos a Caitlin Strucker. —¡Vamos!

—¡Caitlin!—grité preocupada cuando cayó en el sofá que tenía pedazos de madera.

—Estoy bien. Tengo el medicamento—dice sacando las cosas de la mochila.

—Déjenme ir. Debo irme—decía Clarice con lentitud. —Déjenme.

—No, Clarice, te quedaras con nosotros. Necesito que me escuches. Debes ser fuerte.—empezó hablar la rubia, entre John y yo nos mirábamos y ayudabamos en lo que podíamos. —Debo estabilizar sus niveles de potasio.

Le inyectó y John mira que el techo se estaba cayendo. —Se nos termina el tiempo.

—Sostén esto—me dijo a mi Caitlin dándome un frasco con sustancia roja. —De acuerdo, Clarice, respira profundo. Sé fuerte por mí. ¡Ahora!—le volvió a inyectar y sus ojos volvían en sí, mientras que los portales iban desapareciendo al instante.

Ella respiró hondo y nos miró, pero no decía nada. —Vas a estar bien, linda. Vas a estar bien. Estas bien—le decía mientras acariciaba su cabello. Hoy fue un día agotador. Suspiro aliviada y miro todo el lugar.

•••

Luego de asegurarme que Clarice estaba bien, fui a mi habitación para descansar. Estaba cansada tanto física como mentalmente. Entonces el recuerdo de la sangre brotando por mis ojos me llegó.

Frustrada, jalé mi cabello, sin saber que hacer. Siento que alguien se acuesta en mi cama, pero no me volteo a ver a la persona. —Jade.

—Soy una mutante. Defectuosa—dije contra la almohada. —No puedo ayudar a nadie sin salir yo lastimada. No se porque aún estoy viva.

Escuché el suspiró de John y siento sus brazos rodearme. —No estás defectuosa, solo necesitas mas práctica. Eso nos pasa a todos.

—Pero, ¿por qué aún no tengo el control? Se supone que debo controlar a los demás, no que mis poderes me controlen a mi.

—Te ayudaré a controlar tus poderes, solo no vuelvas a decir todas esas estupideces—dice logrando que alcé la mirada.

—Johnny, no son estupideces y lo sabes—dije y él rodó los ojos. Nos quedamos mirando por unos instantes y él se acercó a besar mis labios.

—Mira, ya los controlas... Hiciste que te besara, es un buen progreso.

Solo reí acomodándome en la cama. —No fui yo.

—¿En serio? Porque sentí algo en mi que me impulsó a besarte, ¿segura que no fuiste tú? ¿Mis ojos no se colocaron rojos?—negué con una sonrisa y me acosté encima de él.

—Gracias por subirme el ánimo, Johnny.

—Dios, tú me controlas—dice ahora él encima mío empezando a besar mi rostro, haciéndome reír. —No sé que has hecho en mi, Jade Hunt.

Sonreí con ternura y nos acomodamos en la cama mirando el techo. —¿Qué haremos?

—¿A qué te refieres?

—A nosotros. —él se tensó, pero aún así me abrazó. —No te lo voy a negar, quiero volver contigo. Pero lo que hizo Sonya... No tiene perdón. Y no creas que no me enteré de su “relación”.

—Jade...

—Creo que debemos darnos mas tiempo. —me separé de él sentándome en la cama, él se acercó y puso sus manos en mi cintura y su cabeza en mi cuello.

—No quiero más tiempo. Quiero estar contigo. Al diablo con Sonya—dijo mientras besaba mi cuello. —Tú eras y eres la dueña de mi corazón y de mis pensamientos. Con ella nunca fui tan serio como lo soy contigo.

Suspiré y acaricié sus piernas. —¿En serio quieres volver conmigo? Porque soy muy terca, impaciente, malhumorada, celosa, demandante, nada amigable...

—Sí, Jade. Quiero volver contigo y todos tus defectos. Porque esas cosas fueron las que me enamoraron de ti. —me giré a verlo y quedamos sentados frente a frente.

—Bien, volveremos, pero será bajo mis condiciones—dije sacándole una sonrisa, acaricié su rostro y miré sus labios detenidamente.

—Si vas a besarme, sólo hazlo.

Control «The gifted»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora