Sé que quizá suena un poco ridículo. Pero empecé a odiarme, a odiar que cada vez que estoy bien y que me sienta “bien” todo tenga que cambiar. ¿Por qué me odia tanto? Con eso, lo único que ella ha logrado conseguir es que yo me odie a mí misma. ME ODIO, repito eso cada vez que me acuesto a dormir. Me seguían lanzando papelitos, incómodos y desconsolados papelitos, hasta que un día empezaron con cosas más fuertes, borrador de pizarra, lápices, esferos y todo aquello que duela.
Un buen día mientras el licenciado no estaba en el curso. Empezaron a molestarme, lo mismo de siempre. Pero esta vez lanzaron un esfero que toco mi cabeza con la punta. Me dolió horrible, y sentí que poquito a poquito bajaba una especie de agüita por mi cabeza. Hasta que llego a mi cara y cayo, era sangre me habían sacado sangre. Me heche a llorar y les dije mirándolos con furia:
-Ahora si se pasaron.
Salí corriendo mientras lloraba descontroladamente y la sangre seguía cayendo por mi cara, hasta que me encontré con la rectora del colegio:
-Hola pequeña, ¿Qué te paso? ¿Quién te hizo esto?
-No me pasa nada, fueron unos compañeros, pero estoy bien. GRACIAS.
-No estás bien, estas sangrando.
-Sí, pero ya no me duele solo me limpio y listo. Dije mientras me secaba las lágrimas.
(Sé que debía contarle, debía decirle que ellos se la pasan molestándome. Estaba cansada de que casi siempre me pegan y me pongan de apodos. Pero no quiero problemas, bueno no quiero más problemas.)
-Vamos a que te limpies en mi oficina, mientras me cuentas hija.
-Bueno, vamos.
Fuimos y hablamos, le conté todo, EXPLOTE. Le dije que me pegan y que me ponían apodos siempre. Incluso que hasta que ahora no tuve suerte. Porque siempre me lanzan cosas y justo hoy me hizo daño. En fin, salimos a las 7 del colegio, llegue a casa a las 7 y 15. Cuando llegue iba llorando. Le dije:
-Mami, no sabes lo que me hicieron hoy, me rompieron la cabeza y me dolió mucho. Me estaba sangrando. Tenía miedo. No sabes fue horrible.
-¿Y qué quieres que yo haga? Debiste tenértelo bien merecido porque no creas que no te conozco SIEMPRE haces algo para acabar con la paciencia de todos. Siempre y ahora pon eso de excusa para decir que llegaste tarde porque te dejaron ahí dando tu versión de los hechos. Qué asco, deja de mentir. Dijo mientras me aventó una cachetada.
-Pero, mami yo solo quería que… (Me detuve, y dije en mi mente ¿para qué le cuento esto, si sé que no le importa ni un poquito?) Solo quería que… NO nada, tranquila. Perdón por llegar tarde. Juro que no volverá a suceder.
Fui corriendo al baño, y ahí estaba yo tirada en un rincón llorando, llorando por las injusticias. Llorando por mi vida, llorando por todo. Y escuché un grito, era mi mama, diciendo:
-YA, deja de andar hecha la “D-o-l-i-d-a” y ve a calentar la comida.
Bajé corriendo a la cocina, estaba calentando la comida. Cuando vi un cuchillo y recordé todas esas palabras, recordé cuando en la escuela me pegaban, en mi casa me ponían apodos, en mi nuevo colegio me rompieron la cabeza. Tomé aquel cuchillo en mis manos, se reflejó mi cara asquerosa, como siempre, con lágrimas. Descubrí mi brazo, mientras no quitaba la mirada de aquel espejo en que en si proyectaba mi asqueroso reflejo.
Tome el cuchillo, hice el primer corte luego el segundo y después el tercero. Uno y otro y otro a la vez mientras no paraba de llorar. No sangraba, no me dolía solo me estaba desahogando.
Hasta que sentí que mi mama bajaba, lave el cuchillo rápidamente. Lo guarde y escondí mi brazo. Llegó y lo único que me dejo:
-Lárgate, no sirves para nada.
No dije nada. Lo único que hice esta vez fue hacer una mueca de desprecio y me fui corriendo, hundí mi cabeza en la almohada y lloré. Llore por los cortes que por cierto empezaron a sangrar. Retardadamente pero lo hicieron. Y entonces me los toque me ardían mucho. Pero al menos había dejado de llorar, fue un avance. No sé de donde me vino la idea de hacer eso. Pero fue una idea genial. Me sentía bien. Me quede dormida.
Al día siguiente la misma rutina. Solo que a la salida cambio, él estaba ahí no sé cómo se enteró sobre mi nuevo colegio, pero estaba. Me dijo:
-Hola, sé que es estúpido. Pero quise aclarar lo que pasó. Yo no me estaba besando con nadie, viste mal. Yo te soy fiel a ti. Por favor hablemos.
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La vida de Una suicida. †
Novela JuvenilEsta es mi vida, o bueno lo que queda de ella. Era una chica normal que deseaba ser feliz y que cuando lo fue no se dio cuenta. En fin, espero les guste. Actualización/Días que subo: Sábados y Domingos. A veces entre semana.