CAPITULO 7

466 29 0
                                    

If we had five more minutes of air to breathe.
And we cried all through it.
Would you spent them with me.
On our last few drags of air? We agree.
I was and you were:
Happy

The End of the World - Billie Eilish

Los gemelos Tate estaban aburridos, no había día en que su madre no les dijera que hacer desde que llegaron de Hogwarts. "Robyn ve a comprar, Finneas mueve ese mueble de lugar..." estaban hartos, no era como planearon sus vacaciones para nada. Por empezar, la mañana después de llegar su otra madre –Olivia–, los había sometido a un exhaustivo examen completo, diciendo que no podía ser que los magos hicieran su trabajo mejor que ella, pues era doctora. Su otra madre –Peach–, era nutricionista y profesora de yoga, lo que significaba comer mucha verdura, tomar agua y participar de todaa sus clases online. Ella era la bruja de la familia, sin embargo, se había amoldado tanto a su vida como esposa de una muggle que casi no utilizaba la magia. Robyn era una feminista en proceso, por lo que no le gustaba mucho que su madre dejara algunas cosas de lado solo para complacer a su otra madre; ambas solían tener discusiones acaloradas al respecto.

Finneas, por otra parte, solía esconderse en el ático a pintar, le gustaba mucho el arte, ya fuera sacando fotos, pintando o tocando algún instrumento. Le gustaba estar en casa por el simple hecho de poder evocarse en ello casi un cien por ciento. Hacía unos días Archie le había regresado su cámara, sonrió al ver las fotografías e imprimió un par para decorar su habitación. Se encontraba dándole los últimos retoques, mientras Robyn estaba acostada en su casa, leyendo una revista de chimento sobre la familia Real.

— ¡Terminé! –sonrió satisfecho, mirando su recamara.

— Me gusta mi foto con Alex, la extraño tanto –suspiró.

— También yo, deberíamos ir a verla.

— Si es que mamá nos deja salir de aquí –bufo.

— ¡Finn, Robbie! –llamó Peach desde la planta baja.

La adolescente puso los ojos en blanco, soltando otro bufido mientras arrojaba la revista lejos y Finneas corría a levantarla. Bien, si querían recibir un permiso de parte de su madre, deberían limpiar unos cuantos muebles y comer otras cuantas verduras. Seguramente para fines de mes lograrían convencerla, llevaba su tiempo, pero no demasiado y Robyn rogaba salir un poco de su asfixiante casa, necesitaba fumar y beber algo, también. Finneas sonrió, la abstinencia estaba volviendo a su hermana peligrosamente pacífica, en el fondo también deseaba salir un rato, mezclar ambos mundos.

[...]

El sol iba cayendo sobre la pequeña aldea, el muchacho en el patio delantero había estado toda la tarde limpiando, sacando la mala hierba y plantando nuevas semillas en la huerta. Hacía mucho calor y el sol pegaba fuerte, pero no le habían permitido entrar hasta no terminar. Cuando finalmente lo hizo, estaba todo sucio y sudado, la anciana le acercó un vaso con jugo de naranja y asintió.

— Nada mal, Magnus, nada mal.

Magnus Prince tenía una vida muy solitaria fuera de Hogwarts, teniendo en cuenta que su único familiar era su abuela Nora de ciento siete años de edad, una bruja de sangre pura sin otros descendientes más que su joven nieto. Los padres de Magnus habían muerto en un asalto contra unos criminales magos y ella había decidido exiliarlos a ambos en aquella villa pequeña y llena de ancianos en Balloch, Escocia. La mujer odiaba a todos los muggles, pero también tenía miedo de que magos oscuros vinieran por su nieto, por ende, lo sobreprotegía demasiado. El adolescente se sentía miserable, no solo en Hogwarts era un don nadie, en su casa también.

Who we are [James Sirius Potter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora