CAPITULO 5

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Take a long drive by the ocean.

Live a long life at home.

Draw the short line with the notion.

That the moments come and go.

Notions - Hollow Coves

Para Archibald Flint no fue fácil volver a su casa, a la cual nunca había llamado hogar. No tenía hermanos y sus primos no lo querían, tampoco el resto de su familia, a decir verdad; él era tan distinto a todos que asustaba. A Archie le gustaba la música y su habitación en la mansión era lo más colorido y alegre que había en todo el terreno, tenía posters de bandas muggles de rock y de alguna que otra película de acción. Su mansión quedaba en una villa de gente con dinero en Culross, Escocia, ni siquiera estaba en Londres como la mayoría de sus amigos. Sus padres habían intentado irse a vivir a Francia, pero finalmente se quedaron dónde estaban. Cuando llego a su casa, todo estaba en silencio, una espesa niebla rodeaba el lugar y hacia frío, mucho frío. Su madre –Clemence–, estaba sentada en el living, mientras trabajaba en sus diseños, era diseñadora de ropa exclusiva para los magos de la alta sociedad. El adolescente se acercó a ella, mientras los elfos entraban sus maletas, la mujer ni siquiera se molestó en mirarlo.

— Hola mamá –saludó.

— Hola Archibald, ¿qué tal tu viaje?

— Estuvo bien, rápido.

— Qué bueno cariño, ¿Por qué no subes y te cambias? La cena va a estar lista en unos minutos.

— Claro, ¿y papá? –se animó a preguntar.

— En su oficina, pero no lo molestes, lo verás en la cena.

Archie asintió y subió las enormes escaleras que lo llevaban a uno de los interminables pasillos, no entendía porque tenían una casa tan grande que solo ocupaban tres personas, era ridículo. Le sonrió al elfo cuando este se alejó por la puerta, dejándole solo. Soltó un suspiro y se arrojó en la cama de dos plazas, extrañaría mucho Hogwarts, ya lo hacía. Tomó la cámara que le había prestado Finneas, era digital, por lo que podía ver las fotografías en el mismo aparato. La foto de Magnus enfurecido y a la vez colorido apareció de repente, haciéndole reír. Luego, encontró las fotografías que se había tomado con sus amigos; su familia. No quería que sus padres se enojaran, pero ansiaba pedirles permiso para ir a lo de los Potter lo más pronto posible.

— La cena esta lista joven Archibald –dijo una elfina, asomándose por la puerta.

— Gracias –sonrió, poniéndose de pie.

Archie quería ver a su padre, sin embargo, no apareció en la cena. Él y su madre se sentaron en lados opuestos de una enorme mesa de madera, sintiendo como el silencio pesaba más que la muerte y su madre ni siquiera se esforzaba en hacer contacto visual o sacar conversación. El adolescente intentó no ponerse triste, su vida había sido así desde siempre y eventualmente ese día no vio a su padre, ni en los siguientes cinco. Así era siempre, el trabajo era más importante, después de todo solo lo habían tenido para que continuara con el linaje, no porque fuese deseado; lo mismo que el casamiento de sus padres. Sin dudas, mantener la pureza en la sangre tenía sus sacrificios.

— Bienvenido a casa, Archibald –dijo Clemence, levantando una copa de vino.

El adolescente sonrió porque no podía hacer más ni menos. También levantó su copa y le dio un largo sorbo, ¿a casa? sonrió, pero si apenas vengo de ahí.

Who we are [James Sirius Potter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora