Capítulo #23

273 27 2
                                    

Cuando abro mis ojos, la sensación de confusión me agobia.

¿En qué momento me dormí?

Esta no es mi cama, ¿dónde estoy?

Me levanto lo más rápido que puedo, el piso tiembla bajo mis pies y tengo que sujetarme de nuevo de la cama. Hasta que una dulce voz se cuela en mis oídos.

A tu lado hay agua con azúcar. Bébela, te ayudará.

Miro a mi izquierda y efectivamente en la mesita al lado de la cama, hay un vaso de cristal con agua. Lo cojo con cuidado y bebo un sorbo.

―Estoy muy confundida―confieso.
―Yo también, es la primera vez que alguien se desmaya al verme. No sé si asustarme o sentirme halagada.
―Lo lamento―me siento en la cama y dejo el vaso a un lado―es que tú…

La miro con curiosidad. Está en una silla en el otro extremo de la habitación, lleva sus gafas oscuras y un bastón en la mano. Su cabello es castaño con lindas ondas, delgada, rasgos finos, de baja estatura. Es como si tuviera un espejo que refleja mi yo de hace un año.

»Somos idénticas―finalizo.
―Estás aquí―dice con entusiasmo. Se levanta y llega hasta mí― ¿En serio eres tú?
― ¿De qué hablas?

Extiende su mano hasta que toca mi rostro, parece que detalla cada facción cuando llega mi gorro de lana, lo quita y acaricia mi cabello.

Angelita―veo como un par de lágrimas se deslizan por sus mejillas.

Mi corazón late desbocado, mi respiración es agitada y siento como mi cuerpo flaquea.

― ¿Tú y yo…?
―Sí―afirma a mi pregunta.
―Es imposible.
―Llevo esperándote muchos años, pero sabía que ibas a venir.
― ¿Victoria? ¿En serio eres Victoria?
―Sí, hermana.

La sola pronunciación de esa palabra me da escalofríos, quiero llorar, quiero morir, quiero… no sé qué quiero, pero mi cuerpo actúa por impulso y envuelvo a la pobre chica en mis brazos.

―No puedo creer que en serio tengo una hermana, una idéntica a mí―murmuro entre lágrimas y a la vez una sonrisa.
―Hablamos en sueños, hermanita―ella también me abraza.

Y creo que nunca un abrazo había sido tan sincero.

Y así, pasamos un par de horas conociéndonos, llorando, riendo, abrazándonos, descubriendo nuestro innegable lazo. Hasta que siento como mi vida se compromete a partir de ahora.

―Ahora que sabes que soy la verdadera Roney y estoy de baja, no puedo llevarte conmigo. No hasta que mis amigos sepan la verdad―digo con tristeza―pero créeme Vicky, nada deseo más en este momento que te incorpores a mi pequeña familia y que no te alejes nunca de mí.

Su mano se sitúa en mi mejilla y la acaricia con el pulgar, yo sujeto su mano, con miedo que esté soñando de nuevo y se me arrebate la felicidad de haber encontrado mi otra mitad.

―Es muy gracioso, ¿sabes? Siempre me confunden contigo, y yo no lo entendía. Yo sabía que tenía una hermana, pero definitivamente su nombre no era Roney. Y bueno, tomando en cuenta que no puedo ver, no podía sentir que eras tú.

Entonces una idea cruza mi cabecita, seguro dañada por tanta tintura.

―Entonces deberías parecerte a mí, a mi apariencia actual. De esa manera puedo llevarte a casa y cuando resuelva todos mis líos, recuperarás tu imagen original.
―Es una idea interesante.
―Y no tendrías que usar lentillas, siempre llevas tus gafas oscuras ¿no?
―Sí.
―Está dicho―hago una pausa―, claro, solo si tú quieres.
―No quiero separarme de ti en lo que resta de mi vida.
―Yo tampoco, Vicky.

Nos abrazamos de nuevo. Mi celular vibra en mi trasero y le pido una disculpa a Victoria para poder contestar. Es Carter.

― ¿Sí?
― ¿Dónde estás?
―Sabes qué día es hoy, obviamente estoy haciendo la labor que solíamos hacer juntos, pero como ahora tienes otras prioridades, no quise molestar. Por cierto, tenemos qué hablar.
Vuelve a casa.

Y cuelga. Como siempre, nuestras llamadas no duran más de un minuto, a menos que sean de celulares especiales.

En el camino, no tengo de otra que explicarle a Ian lo que sucede. Eso lo deja muy confundido y entusiasmado a la vez.

―Sabía que ocultabas algo.
― ¿Cómo es eso posible? ―pregunto curiosa.
―Tus gafas no llevan aumento y usas lentillas.
― ¿Cómo sabes eso?
―También llevo gafas y a veces uso lentillas. No hay que ser un genio―se encoge de hombros.
―Vale, pero en serio debes guardar el secreto―ruego con ojitos de gato.
―Lo haré, no te preocupes.

Llegar a casa me pone un poco ansiosa, sobre todo cuando estoy en el despacho de Carter y él no muestra ningún signo de emoción.

―Sabes que siempre debes esperarme.
―Sí, ¿cuándo ibas a decirme que tengo una hermana?―le reclamo.
―No pensaba hacerlo. Ella estaba bien sin ti.
―Eres un ser despreciable. No tenías derecho.―elevo mi voz y lo señalo con el dedo índice.
―Soy tu padre, Ángeles Carter. Soy tu padre―enfatiza.
―La quiero aquí. Ella merece lo mismo que yo. Merece las mismas oportunidades. Es mi hermana.
―Recuerdo claramente―hace un gesto pensativo―que no deseabas tener hermanos.
― ¡No de la perra de Megan! ―grito todo lo fuerte que puedo
― ¡No te refieras a ella de ese modo!

Me calmo, respiro profundo. El tema no es esa zorra. De ella me encargaré luego.

―Carter―hablo con el tono más calmado que encuentro―no te pido que la traigas ahora mismo, es muy pronto y antes debo solucionar unos asuntos. Pero nada te impide recibirla. De hecho, no tendré que pedirte permiso en unos días. Así que está dicho, Victoria se viene a vivir con nosotros.
―Tú volverás a California.
―Lo haré. Ella no estaba en mis planes, pero ahora está incluida en todos.
―No me opondré a tus deseos, mi niña. Pronto serás tú quien dirija mi imperio. Pero tienes que saber tomar decisiones, para eso te he educado.
―No quiero tu imperio, Carter. Solo quiero que me entiendas.
―Lo necesitarás más que mis abrazos.
― ¿Qué quieres decir? ―junto las cejas y cruzo los brazos.

Cuando Carter habla del futuro, realmente me intimida. Casi nunca lo hace, pero ahora que le presto atención, su tono ha cambiado. Y asusta.

―Por favor, prepara a tus amigos. Que convivan con tus viejos amigos, vayan al jardín. Diviértanse. Mañana vendrá nuestro agente de seguros. Mañana es el día.
―De acuerdo.

Más que confundida, me retiro del despacho de mi padre. No sin antes pedirme disculpas por su comportamiento, dándome la razón y un afectivo abrazo.

Ok, eso fue raro. Carter es afectivo, sí. Pero esta vez fue diferente. Hay algo que no sé y tengo que saber. La lista se vuelve cada vez más larga.

Solucionar el tema de victoria
Deshacerme de Megan
Deshacerme de Jackie
Hablar con Steph sobre su romance con mi padre
Revelar mi secreto.
Joder.

Para los que pensaban que la vida de una celebridad no era complicada, más que lujos, dinero, viajes y fortuna. No señores, es un caos.

Media hora más tarde, las señoras del personal me han organizado un picnic con todos mis amigos. Hace mucho frío afuera, con amenaza de una nevada, así que preferimos el salón de cristales, donde está la piscina climatizada.

―Chicos―comienzo―sé que he estado un poco distraída y no les he prestado la atención que cada uno de ustedes se merece, pero volver a casa vuelve mi agenda apretada.
―Minnie…
―Por favor Jamie, mi nombre es Verónica. Agradezco tu respeto.
―Bien, Verónica. Nosotros sabemos cómo es tu vida, no tienes que disculparte.
―Pero quiero hacerlo―refuto.
―Nada propio de ti, pequeña diablilla―contraataca Jackie.
―Ok―la ignoro―, además de pasar un rato agradable con ustedes, es importante que recordemos el protocolo para la fiesta. Los colores de sus vestuarios deben ser pasteles, nada de colores escandalosos o fluorescentes.
― ¿Y si alguien no tiene otra cosa? ―pregunta Josh
―Siempre pueden contar con el armario de la mansión. Está a sus órdenes.
― ¡Joder! Desconozco a esta chica―exclama Jeremy, Jules lo pellizca―. ¿Qué? Está muy amable.
―Por favor, traigan todo―le hago señas a las chef.

Van colocando en la mesa cubiertos, cucharillas, cuchillos, y sirven lo primero. Poco a poco, voy aclarando dudas sobre la posición y el uso adecuado de cada utensilio, así como lo que significa colocarlos en distintas posiciones al terminar el aperitivo.

Ian, Alex y Trevor son los que más se confunden y no me molesta nada volver a explicarles. Sin embargo, Trevor parece enojado y no quiere continuar. Pide disculpas, se marcha y Stephie lo sigue.

―Eso es de mala educación―recrimina Jackie con sus aires de puta.
―No está acostumbrado, dale tiempo―responde Alex.
―Te doy todo el tiempo que quieras, guapo―le coquetea, se inclina sobre la mesa mostrando su escote.
―Lo siento, señorita. Ya no estoy en el mercado.

Me sorprende la contestación de Alex, luego me da en beso en la coronilla y mira con aires de suficiencia a Jackie.

¡Toma! ¡Por perra!

― ¿Qué es esa horrible baratija que tienes en el cuello? ―pregunta Jeremy.
―Les llaman collar―contesto a su impertinencia.
―Ya lo sé―lo mira con desagrado―no es propio de ti. No es de oro ni tiene diamantes.
―Basta Jeremy.

Pido que comamos el postre, y pasamos el resto del día hablando idioteces y conociéndonos. Bueno, los viejos con los nuevos.

En la noche, estoy con Alex en mi habitación. Todos se han ocupado en mejores cosas y nosotros pedimos cena para comer aquí. Le pido disculpas por todo y todos, ellos no están acostumbrados a personas nuevas.

Después de hablar unas cuantas tonterías, se va  a su habitación y me quedo sola. Aprovecho el momento para iniciar sesión en mi cuenta de facebook. Y como era de esperarse, tengo algunos mensajes de Christopher Alessandro. Pero el que más llama mi atención es el último, el más reciente.

Christopher Alessandro: Hey boxeadora, estoy en tu ciudad natal. Por si te apetece ir a un café.

¿Estaría muy mal ir a conocerlo? Después de todo, me regresaré a California. No sería más que otro fanático que olvidaré. Así que inmediatamente le contesto.

Roney Fitz: ¿Qué tal mañana mismo? Estoy muy estresada y necesito escapar unas horas.


Me quedo mirando memes, hasta que llega una respuesta.

Christopher Alessandro: Me parece una excelente idea, ¿conoces el restaurante Casino? Puedo hacer que lo arreglen para los dos solos, si te preocupa que puedan vernos juntos.

Roney Fitz: Comprenderás que iré con mi guardaespaldas.

Christopher Alessandro: Sí, no es ningún problema. Tu seguridad es importante.

Roney Fitz: De acuerdo, mañana sobre las veinte horas.

Christopher Alessandro: Es un cita, preciosa.

No respondo el último mensaje, lo leo desde la barra de notificaciones. No puedo evitar sonreír ante la idea de conocer a Christopher. Se ha portado tan lindo conmigo, que difícilmente podría ser real. Sin embargo, tengo a mi guardaespaldas.

Morgan no, es muy pequeño para responder en una situación de emergencia. El mejor para esta situación es Petter, él sí.

Al día siguiente es un caos, hay gente por toda la casa, todos me necesitan, todos quieren de mi tiempo y no tengo tiempo para pasarlo con mis amigos. A penas podemos almorzar juntos, todos.

Siempre ocurre algo, especialmente con Jackie, pero lo podemos sobrellevar.

Antes de las ocho de la noche, estoy retocando mis últimos detalles frente al espejo.

Llevo una peluca castaña, tengo muchas pelucas porque si quería salir en público con Carter, lo mejor era pasar desapercibidos.

Llevo un pantalón de cuerina, negro, mis botas, una blusa de tirantes y accesorios plateados. Obviamente llevo un enorme abrigo, o moriré por hipotermia. Stephie me mira  a través del espejo y tengo un pequeños deja vu. Como mi primera cita con Alex.

―Ten cuidado, amiga. Por favor.
―Lo tendré.

Anuncio a mi padre sobre mi salida, me pide que tenga cuidado y me voy. Media hora más tarde, estoy sentada en una mesa para dos, con una copa de vino en mis manos, esperando a mi cita.

El lugar está totalmente vacío a excepción de los chef y algún personal de limpieza. Peter permanece en segundo plano, sin embargo desde mi punto, puedo verlo. Y es su mirada la que me avisa que alguien ha llegado.

Siento su presencia tras de mí y me levanto para saludar, pero él lo hace primero.

―Mucho gusto, reina del ring. Christopher Alessandro―tiende su mano, pero el horror es lo primero que cruza mi rostro.
++++++++++++++++++++++++++++++++
Uy uy uy la cosa se pone intensa por aquí.

Bueno, en primero lugar me disculpo por no actualizar el viernes pasado. Fue mi cumpleaños y lo festejamos por tres días seguidos, luego fue el cumple de mi prima y luego de mi tía. También hago un curso y estoy full de tareas. A penas tuve tiempo de dormir.

Que opinan del capítulo de hoy?

Espero con ansias sus comentarios, y si te gustó el capítulo, no olvides votar *-*

Espero que tengan un precioso día. Gracias por tomarte un tiempo para mí, lo valoro muchísimo. Alguno creerán que es una tontería, pero me estás haciendo un espacio en tu vida.

Y es hermoso 💕✨

Dulce Mentirosa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora