Capítulo #39

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Si alguna vez imaginé que este momento llegaría, estaba en lo cierto y de alguna manera me lo esperaba. Lo que no estaba en mis planes sería el dolor profundo que se instalaría en mí, intentando convertirse en indiferencia.

La primera semana a la partida de Alex, lloré desconsoladamente hasta quedarme dormida. Quizá nadie me amará como él lo hizo. Podría decir que incondicionalmente.

Postergué las reuniones con los cabos sueltos hasta la segunda semana.

Recuperé mi look original, cabello castaño, ojos azules y ropa costosa. Pensé que eso me haría sentir mejor, pero no.

Adquirí una mansión gracias a la generosa fortuna que me heredó mi padre, y que sigue creciendo día a día. Veo imposible quedar en bancarrota, pero eso depende de mí y de mis pasos.

La segunda semana arreglé mi relación con mis progenitores. Perdoné todas sus malas decisiones, eso hizo feliz a Victoria. Ella ahora vive con Angeleica en California en una casita cómoda que les gustó a ambas, no demasiado grande. Aunque insistí en comprarles algo más moderno, estuvieron de acuerdo con esa.

Ellas son felices ahí, con la promesa de visitarlas alguna vez. Victoria sabe mi secreto, sabe que difícilmente podría visitarla pero no pierde la fe.

Ahora está en un tratamiento previo a la operación donde recuperará la vista. No será sencillo, pero tiene el apoyo de su madre y el mío.

Drew por su parte, tiene una casa en la que no le falta nada, con la promesa de dejar el alcohol, pagué su rehabilitación y seguimiento a su salud.

Que los haya perdonado no significa que los ame, de hecho, estoy bastante lejos de eso. Pero me trajo un sentimiento confortante el saber que no me molestará cruzármelos en algún momento, así como asimilar que ellos me trajeron al mundo.

Con el rector Gordon tuve una reunión breve, donde le especifiqué que debía desaparecer los documentos que me vinculaban a Verónica, sin embargo me aseguró que los tenía muy guardados por seguridad.

Morgan se aseguró de desaparecer toda la información, tanto los documentos físicos como los digitales, en su computadora y en el sistema de la universidad.

En unos meses, sería historia de la que nadie se acordaría.

De Gemma me encargué yo. Le envié un regalo especial, ya que es una chica dedicada a su belleza, ¿qué mejor obsequio que productos para realzar sus virtudes físicas?

Ah, que todos la intoxicaran y dejaran terribles secuelas por meses no fue mi culpa. O tal vez sí. Pero esto se los cuento después.

Dupliqué la seguridad. Carter me facilitó algunos contactos para iniciar mi nueva vida, sin embargo, llevar las cuentas de los rascacielos y demás empresas, es algo que consume mucho tiempo y quizá comienzo a entender las razones de mi padre.

En la actualidad, vivo en Orlando con Feli. Carter decidió tomar vacaciones de verano y dejó a Roger al mando, aunque de vez en cuando me pide ayuda así que viajo con bastante frecuencia, pero Felicity no me abandona, siempre viaja conmigo.

Mis movimientos oscuros solo los conocen dos personas: Morgan y Jamie. Sí, Jamie está conmigo siendo parte importante en mi entorno.

Estuvo cada noche que lloré por Alex, diciéndome que él no merecía alguien tan sensacional como yo.

Quizá es al revés, no merezco a alguien tan sensacional como él.

Justo ahora, estoy recostada en una silla, admirando la playa mientras Jamie ayuda a Feli en la cocina.

Dulce Mentirosa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora