Capítulo #18

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El día, por obvias razones, resulta bastante tenso. Discuto con Alex, Stephanie e incluso con Trevor, por cualquier estupidez.

Sí, me siento presionada por regresar a casa. Y todo me genera estrés.

Al terminar la jornada académica, dejo a los chicos en el apartamento y yo voy al dormitorio.

Desconozco la razón, pero mi cuerpo me guía a buscar a Cece. Lo abro y la página que abro, me deja el corazón doliendo:

25/12/2012

Estimada Angeleica. Hoy es mi cumpleaños y desperté con una desagradable sorpresa. Mi padre no supo cómo reaccionar. Por suerte, hay muchas mujeres que trabajan en la cocina y al parecer, la mayoría tienen hijas. Hijas de las que sí se hacen responsables. Hoy me desarrollé. Hubiese querido estar en tus brazos para llorar porque es todo lo que quiero hacer por el resto de mi vida. Es horrible que de mi vagina salga sangre. Mi padre nunca me habló de eso y me mejor amiga tampoco. He comenzado a aceptar que no vas a regresar y duele jodidamente demasiado. De repente me siento confundida, herida e inestable. Gracias por no estar, te necesito, pero no eres esencial. Espero, Angeleica, que no tengas otra hija en toda tu maldita vida. Nadie merece pasar el infierno de ser abandonada por una madre.

¿Por qué?

¿Qué mensaje me está enviando el karma?

¿Dios?

¿El destino?

¿La vida?

¿Qué quieres de mí?

Sé que mi padre me salvó de Drew, del alcohol, de hacerme una prostituta o una delincuente. Mi vida entera no me alcanzará para agradecerle.

Pero con él, no soy libre.

Aunque quizá, todo cambie después de mi cumpleaños. Después de todo…

Aún tengo varios móviles desechables. No lo pienso dos veces, cuando tengo uno en mano, copiando el número del que recibí la llamada.

Un tono es suficiente.

Roney.
―Carter―respondo en el mismo tono.
Imagino que ya estás sola.
―Lo estoy. ¿Cómo me encontraste?
Dejas pistas a medida que caminas, ¿sabes lo viral que se hace el vídeo de una chica golpeando imbéciles? Fue cuestión de tiempo para que diera con tu nueva identidad y ocupación, Verónica―enfatiza mi nuevo nombre—. Buen trabajo escondiendo tus tatuajes.

Entonces todo toma sentido.

Sí he hecho varios espectáculos, primero con Alex y luego dos veces con John. En cada ocasión, hubo gente grabando.

Joder.

―Bien. Mi error.
Sí, cariño. Pero me alegra que lo hayas hecho. Te ves muy hermosa. Tienes un nuevo aire de libertad. Te sentó bien irte un tiempo.
―No lo habrías entendido por las buenas.
He aprendido algunas cosas desde que te marchaste. Tenemos mucho de qué hablar.
―Lo sé, padre. No me arrepiento de lo que hice, pero me haces falta. Y a la vez, no quiero regresar a casa.
Lo sé, pequeña. Pero este es un cumpleaños importante y tenemos que hacer muchos… arreglos―la última palabra le sale con duda.
―Después de año nuevo, me iré con Alex a Italia. Y no harás nada para impedirlo.
Podemos llegar a un acuerdo, mi niña. No soy el Carter que abandonaste meses atrás. Conocí a alguien.

Okey, eso no me lo esperaba. Tampoco el arranque de celos que siento a continuación.

Es mi padre. No tiene que conocer a nadie. Es mío y solo mío. No hay espacio en su vida para otra mujer. Yo soy la única mujer en su vida.

Dulce Mentirosa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora