Capítulo #26

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Las limusinas hacen el respectivo recorrido hacia el Releven #1, es el primero que existió, y es otra de nuestras casas. Justo donde será la cena de Acción de Gracias.

El lugar está decorado con un estilo navideño, lujoso y elegante. Hay dorado y rojo por doquier, luces decorativas en las paredes y en el techo. Los camareros van de un lado para el otro con copas de vino, champán, agua, gaseosas y aperitivos.

Muchos me reconocen, otros no.

Me reúno con mis amigos en una mesa por un corto tiempo, conversamos tonterías, bebemos un poco, y aunque Stephanie me advierte que baje la velocidad con la bebida, la ignoro olímpicamente.

―Estás demasiado preciosa esta noche―susurra de forma seductora Alex en mi oído.
―Y tú te ves muy sexy en ese traje―le respondo con una sonrisa, sin mirarlo.

Bebo un sorbo de mi copa, todos se divierten, la música es agradable y el servicio es estupendo.

Trevor sujeta a Stephanie por la cintura, cuando una voz tras de nosotros menciona su nombre.

―Stephanie, querida ¿nos presentas a tu… amigo?―es la voz de su madre, Samantha.

Todos nos giramos al escucharla, está espectacular con un vestido negro que abraza su perfecta y operada figura. Está acompañada por el señor Cosgrove, quien tiene una copa en una mano y la otra en la cintura de su esposa.

―Mamá, hola―se saluda con dos besos en las mejillas―. Él es Trevor, mi novio.
―Un placer, señora Cosgrove―tiende su mano, Sam la toma con gracia.
―Oh querido, llámame Sam. Él es mi esposo, Frederick Cosgrove.

Trevor palidece cuando estrechan las manos, sospecho que acaba de notar que el señor Frederick es un magnate y Stephanie olvidó ese pequeño detalle.

― ¿Frederick Cosgrove? ¿El Frederick Cosgrove? ―no sale de su asombro.
―Así es jovencito, un gusto conocerte.

Él les sonríe amable, pero puedo ver en sus facciones que está enojado. El ambiente se pone un poco tenso.

―Si me disculpan―dice un tono que intenta ser amable. Se marcha a paso apresurado y Stephanie va tras él.

Le explico rápido a Alex lo que sucede y me dice que no ve nada bueno salir de eso. Trevor es muy renuente a la gente adinerada y le sorprende que se haya quedado en la mansión en lugar de alquilar un piso temporalmente.

Media hora más tarde, estamos organizados todos en mesas. Todos mis amigos en una, mi padre está conmigo, Megan, los padres de Stephanie y los padres de Jamie, en otra están los socios de Carter, en otra la familia de Alex y en otra más sus diez amigos más cercanos.

Los camareros se han ordenado en fila y pronto colocan la comida frente a cada comensal. Lasaña, pavo, ensalada de pavo, crema de espinacas, diferentes tipos de quesos y diferentes vinos.

Carter da unas palabras de agradecimiento, oramos por la comida y disfrutamos de ello. Al terminar, nos guían a la parte superior del rascacielos, donde podemos ver toda Nevada y sus luces. Es simplemente hermoso.

Carter pidió usar el cristal para mantenernos calientes a todos y diferentes dispensadoras de chocolate y café.

Desearía que Victoria estuviera aquí.

Alex se mantiene a mi lado y me abraza cuando ve que el frío me amenaza. Jamie nos observa desde cierto punto, hasta que se ilumina algo como una pista de baile, aparece un DJ y el ambiente se torna muy fiestero.

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Realmente disfruté esta noche. Fue un poco incómodo tener que compartir con Jamie, por obligación. Ian por su parte se notaba distraído con Isabella, así que no me sentí mal por él.

Alex está conmigo en la habitación, ambos acostados en la cama con la misma ropa.

―Ese vestido parece incómodo para dormir.
―Lo es, pero pronto me cambiaré.
―Vale.
―Lamento mucho todo, Alex―me siento―no fue tu culpa que estuviéramos aquí.
―Yo contesté el celular―acaricia mi espalda.
―No pasa nada, pudo ser cualquiera.
―Veo que no disfrutas estar aquí―asiento, dándole la razón―. Debo admitir que no entendía como no podías querer volver. Parece que respiras lujo, Diosa―sonrío― ¿qué es tan gracioso?
―Extrañaba que me dijeras así.

Alex se levanta de la cama y se arrodilla en frente de mí, recuesta la frente en mis rodillas y balbucea algo que no entiendo.

Diosa
―Aquí estoy.
―Debo confesarte algo.

Mi corazón late desesperado, de pronto soy consciente de todo el alcohol que corre por mi torrente sanguíneo. Hay tanto detrás de un “Debo confesarte algo”, y mi corazón lo sabe.

Me remuevo para colocarme en una mejor posición y hago que me mire, tomando su barbilla y levantando su rostro en mi dirección.

―Puedes decirme lo que quieras.
―Salí con alguien―suelta sin reparo.

El mundo se detiene por un par de segundos hasta que él habla de nuevo.

»Conocí a mi amor platónico…
―Roney―afirmo.
―Sí―suspira―, no me arrepiento de ello. Creo que necesitaba cerrar ese ciclo fantasioso en mi vida. Ella me gusta mucho, pero no es real. No es como tú. Sé que estás aquí y sé que no te irás.

Sujeto sus manos en mis rodillas y sonrío pero a la vez siento que soy muy hipócrita. Necesito que sepa la verdad, pero aún no es buen momento.

Si Alex se va, si Alex me deja, aunque solo seamos amigos, no sé cómo reaccionaría.

―Hay muchas cosas que debes saber de mí―me arrodillo de igual manera―, hay mucho que debo contarte. Pero este lugar me mantiene muy ocupada, a penas tengo tiempo para verte en el día. Y no sé como reaccionarás al saber toda la verdad…

Quiero seguir hablando, pero los labios de Alex se posan en los míos con pasión. Pronto sus manos están tras me cuello y con un esfuerzo monumental volvemos a la cama.

Le correspondo a cada movimiento, mis manos se deshacen de su saco y lo arrojo a cualquier parte de la habitación.

Estoy bajo su cuerpo cuando la puerta se abre, sorprendiéndonos a ambos.

Es Jamie.

―Eh… yo…
―Maldición―murmura Alex.
―Joder, ¿es que no te enseñaron a tocar la puerta?

Me quejo a la vez que me acomodo el vestido, el cabello y me levanto de la cama. Alex busca su saco y se va sin decir una palabra.

―Lo único que haces es arruinar mi vida, J.J. Te detesto.
― ¿En serio Ángeles? ¿Él? ¡Por Dios! ―señala a la puerta y luego hace un gesto al cielo―. ¿Crees que es la solución a tus problemas? Él no puede darte lo que podrías darte yo.

Se acerca peligrosamente demasiado hasta que me acorrala en la pared. Nos miramos fijamente, un pinchazo es lo que siento en mi corazón cuando su mano acuna mi mejilla.

―Jamie…―susurro.
―Ángeles. Maldición, maldigo el día en el que me acosté con Jackie, maldigo el día que te perdí por idiota y maldigo el día en que conociste a ese imbécil.
― ¡Cállate! Tú no sabes nada de Alex.
―Es lo que tú crees. Somos personas poderosas, Anggie, muy poderosas―el tono que utiliza me da escalofríos―, tú y yo nacimos el uno para el otro. Pertenecemos al mismo mundo, donde puedo darte lo que se te antoje, no tendrías que trabajar en tu vida. Pero en cambio eliges a ese…
―No tienes derecho, Jamie. Tú solito tomaste tu decisión. Sigue con tu vida porque lo que yo sentía por ti, murió en el momento que me traicionaste.
― ¿Y tú? ¿Acaso no le mientes a ese pobre diablo? Él no te conoce como yo, no sabe lo que pasa si toco justo aquí.

Su dedo índice forma círculos en nuestra alianza del cuello. Es una zona muy sensible y cierro los ojos cuando el aliento de Jamie llega a mi rostro.

»Él no sabe como susurrarte y enamorarte―habla despacio y sensual―, él no sabe que eres virgen, él no te desea como lo hago yo. Y definitivamente él no te ama como yo.

Mi respiración se vuelve errática, miles de recuerdos flotan en mi mente y lo último que quiero es llorar frente a él.

― ¡Vete!―lo empujo por el pecho―No vuelvas a mi habitación, solo vete. No pretendo volver contigo, no pasará Jamie.

Una sonrisa siniestra cruza su rostro y se marcha.

Joder.

Juro que el alcohol en mi cuerpo se asustó y no le quedó de otra que abandonarme.

Maldito cobarde.

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Mi padre me solicita en su despacho público, se supone que debía estar ahí hace una hora y media, pero él odia que sea impuntual y quiero que se enoje.

No creo que exista algo que lo enoje al punto que lo estoy yo, pero algo es algo.

Me levanto, baño, lavo los dientes, hago todo lo que tengo que hacer. Feli me trae el desayuno a la habitación y le pido que coma conmigo.

Una hora más tarde, estoy con Carter y Stephanie en el despacho. No la miro, pero su cabello ha vuelto a ser rojo.

Ella sí puede tener la vida que quiera.

―Al fin llegas, hija.
―Sí, tengo mejores cosas qué hacer.
―Es importante.

Alguien toca la puerta, Carter le ordena que pase y veo al abogado de la familia. Esto no puede ser bueno.

»Sergio, gracias por tomarte el tiempo de venir.
―Hola Carter―ambos estrechan las manos―. Señoritas.

Primero saluda a Stephanie y luego a mí, pero yo no me molesto en mirarlo siquiera.

»Te ves diferente, Ángeles.
―Verónica―le corrijo.
―Ya. Bueno―se sienta y coloca un portafolio en el escritorio―, traigo los documentos de las propiedades y todo lo que me pediste. Necesito que los tres presten atención al testamento y tus voluntades.
― ¿Te vas a morir, Carter? ―pregunto con una voz maliciosa.
―Compórtate, Ángeles.

Los tres nos sentamos detrás del escritorio, Carter en el centro, Stephanie a la derecha y yo a la izquierda. Sergio busca entre los papeles y saca un pequeño montón que debe tener unas veinte páginas y comienza a leer las voluntades de mi padre.

―Cuando la hija legítima cumpla la mayoría de edad, heredará seis rascacielos, la mansión de Nevada y la de Hawái. Tendrá un cuarenta por ciento en las acciones de las demás propiedades, ya sean inmuebles, empresas, bienes, etcétera. Mientras que su esposa, podrá heredar tres rascacielos y tendrá el veinte por ciento de las acciones en las empresas.

Mientras él habla, escucho atentamente aunque me hago la desinteresada. Lo que sí me resulta intrigante es la cantidad de veces que menciona la palabra “esposa”, porque Carter no tiene una, y la presencia de Stephie solo me hace pensar una cosa.

Pero entonces algo llama poderosamente mi atención.

»El ático pertenecerá de manera irrefutable a Ángeles Carter. No existe documentación que cambie esta voluntad, y será así por lo que reste de vida…

Después de eso dejo de escuchar. El ático es de Carter, él adora el ático.

El ático es un viejo refugio, en realidad es una casa. Bastante tradicional, pequeña y sin lujos. Carter solía llevarme ahí para enseñarme lo que era tranquilidad, íbamos para relajarnos, tomar té y café, hacer galletas (él las hacía).

Mataría por regresar el tiempo y haberte criado aquí, el verdadero lujo de mi vida eres tú, Ángeles. No necesito todo el dinero si te tengo a ti. Eres mi felicidad”.

Fueron las palabras exactas que me dijo la última vez que estuvimos ahí. Se supone que ese lugar era solo para nosotros, pero le pertenece a él, no tengo derecho sobre esa propiedad.

Íbamos en las fachas más feas, disfrazados para no ser reconocidos, y cuando llegábamos sentíamos el sabor de la libertad.

Tengo muchos y pocos recuerdos del ático. Queda en un lugar recóndito rodeado de kilómetros de verde, está escondido pero recuerdo el camino como si estuviera trazado en la palma de mi mano.

Entonces sé que algo no está bien.

Carter jamás renunciaría a su trozo de libertad.

―Dime ya mismo qué diablos está pasando―me levanto del asiento a la vez que golpeo el escritorio.

El estruendo es tan fuerte que sobresalta a los otros tres miembros en la sala, mientras que el abogado deja de hablar y se recompone las gafas.

―Ángeles, por favor―su tono es calmado, pero justo que escucho como se le quiebra la voz.
― ¿Estás pensando dejarme? Padre, ¿te irás de mi vida? ¿Tú también vas a lastimarme?

No puedo contener las lágrimas, porque si Carter se va, yo no tengo vida.

Veo que Stephanie le acaricia la espalda y no puedo sentir más que asco. Así como dolor y decepción. En especial cuando baja la mirada.

―Hablaremos luego, hija. Por favor Sergio, continúa.
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Buenas, buenas mis niñas. ¿Cómo se sienten? Háblenme de ustedes, de su día, de su rutina. Estoy pensando seriamente contarles mi historia y pedirles consejos. Ustedes que opinan? Estoy muy deprimida por cuestiones amorosas y realmente eso me frena con todo. Estarían dispuestas a conversar conmigo? No me ignoren

Bueno, que les pareció el capítulo de hoy? La verdad es que me pone emocional leer a Verónica, mientras más cerca estamos del final, hay más revelaciones.

¿Qué creen que pasará en el próximo capítulo?

Si les gustó, no olviden votar y comentar.

#Jamieesunidiota #equipoAlex

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