Bendecido por la muerte [Kaishin]

Ａｌｍｕｅｒｚｏ

𝔸𝕔𝕝𝕒𝕣𝕒𝕔𝕚𝕠𝕟𝕖𝕤: Los personajes utilizados no son de mi autoría son del maravilloso Gosho Aoyama.

𝔸𝕕𝕧𝕖𝕣𝕥𝕖𝕟𝕔𝕚𝕒𝕤: Au, drama, romance, más drama, muerte, misterio, algo de fantasía y posibles spoiler de la serie.

Almuerzo: Se denomina almuerzo a la comida que se ingiere en la mitad del día. Esta acción se conoce como almorzar.

𝚂𝚊́𝚋𝚊𝚍𝚘 𝟽 𝚍𝚎 𝙰𝚋𝚛𝚒𝚕

¿Qué tan normal era estar nervioso/ansioso por un almuerzo? Pues todo depende del contexto, puede que esa ansiedad sea porque van a venir las tías que siempre hablan de más y te incomodan en la mesa, también puede ser que esos nervios son porque viene alguien que intentas impresionar o alguien importante. Kaito, en cambio, tenía los nervios de punta porque en menos de quince minutos deberían llegar el gran detective y la castaña de mirada dormida.

No sabía qué hacer, almorzaría con el hombre que perseguía a su alter ego, junto con su amiga que igualmente no lo soportaba, al detective que buscaba a Pandora y quería ser el aliado del ladrón y finalmente, Haibara; en realidad ella parecía ser la que menos problemas traía al joven mago, a pesar de haber visto el extraño cambio de color de sus ojos, pero de todas formas seguía intranquilo.

El joven mago ayudó a Aoko a poner la mesa mientras que el inspector Nakamori terminaba de cocinar. Debía admitir que el policía sabía preparar comida demasiado deliciosa y que esta vez se había lucido preparando los alimentos, por lo que esperaba comer lo más pronto posible para degustar aquella comida, pero a la vez no quería que llegara la hora del almuerzo.

Nuevamente el mago quedó mirando la hora... ¿Qué posibilidad había de qué camino a la casa de Aoko, Kudo usara de su rara habilidad de invocar un caso para que no llegara? Era tan solo cruzar la calle, podía ser que un auto atropellara a alguien y huyera, entonces el detective iría tras él; también cabía la posibilidad de que apareciera un hombre y raptara a alguien o; simplemente que el inspector Megure lo llamara por un caso.

Pero desde la noche anterior que el detective lo había dejado con un mini ataque de nervios.

El mago como cada tarde antes de un atraco, fue a dar los últimos toques a su planeación al bar del anciano. Allí sacó sus últimos implementos y memorizo cada salida, incluyendo las entradas del ducto de ventilación; tenía todo listo como para hacer su aparición y poder robar una tiara que según contaban las malas lenguas había alargado los años de vida a su portadora; en la tiara se podía encontrar un rubí de gran tamaño, por lo que era una perfecta candidata a Pandora.

— Joven amo —llamó el viejo viendo al hijo de su maestro—, debe tener cuidado, hay una gran posibilidad de que ese nuevo compañero suyo de clases asista al robo.