•Paroniria•

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𝔸𝕔𝕝𝕒𝕣𝕒𝕔𝕚𝕠𝕟𝕖𝕤: Los personajes utilizados no son de mi autoría son del maravilloso Gosho Aoyama.

𝔸𝕕𝕧𝕖𝕣𝕥𝕖𝕟𝕔𝕚𝕒𝕤: Au, drama, romance, más drama, muerte, misterio, algo de fantasía y posibles spoiler de la serie.

𝔸𝕕𝕧𝕖𝕣𝕥𝕖𝕟𝕔𝕚𝕒𝕤: Au, drama, romance, más drama, muerte, misterio, algo de fantasía y posibles spoiler de la serie

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Paroniria: Condición médica que involucra exceso de sueños mórbidos (malsanos o enfermizos) y pesadillas. Se sospecha que la Paroniria tiene muchas causas, como miedo, estrés, depresión, traumas y falta de sueño.

𝙻𝚞𝚗𝚎𝚜 𝟿 𝚍𝚎 𝙰𝚋𝚛𝚒𝚕

Como cada mañana, Shinichi estaba terminando de tomar su café cuando el timbre sonó, rápidamente se levantó para abrir la puerta y dejar pasar al par de chicas que venían a acompañarlo. Fue rápidamente al baño, se cepillo los dientes, tomo su bolso y salió, para dirigirse a la escuela Teitan.

La castaña rojiza hablaba con la karateka, desprestigiando al otaku de los misterios y obsesivo fanático de Sherlock Holmes, ya que el chico había quemado los wafles que le había estado enseñando a cocinar Ai hace no mucho tiempo.

Tras haber caminado unas calles, Haibara mencionó que había olvidado algo en casa y que lo necesitaba para la clase de química, por lo que se alejó diciendo que los alcanzaría en la escuela. Shinichi inmediatamente noto que aquello era una mentira, ya que ese día no tenían química ni ningún ramo científico.

— ¿Qué está tramando? —se preguntó viendo sin muchas ganas el camino por el que se iba la de ojos cercetas— No tenemos química hoy.

Ran en ese momento se sonrojo, el castaño alcanzó a notarlo, pero no dijo nada ya que, si lo hacia la karateka negaría aquello y le terminaría dando uno de sus golpes, y él no quería recibir una patada o un golpe por la nueva campeona de Karate.

Miró nuevamente de reojo a Ran para luego darse cuenta de que era la primera vez en mucho tiempo que no iba solo con Ran a la escuela, Haibara solía colarse y otras veces la misma Sonoko lo hacía, y las veces que no iba acompañado, el castaño solía irse solo.

Siguieron su camino, pasando por una calle en donde los cerezos en flor abundaban. El detective sonrió nostálgico, recordando la vez que conoció a Ran en el jardín de niños, donde ella termino haciéndole una flor de cerezo y quedó impresionada por su razonamiento deductivo. De la nada Ran paro, quedándose bajo la sombra de uno de los árboles, mirando el suelo y cerrando los puños.

— Shinichi... — susurró llamándolo.

El castaño preocupado se acercó y miró a la castaña. ¿Qué le había ocurrido? ¿Se sentía mal?

— ¿Ran?

— Shinichi Kudo, tú me gustas mucho —declaró la chica viéndolo a la cara mientras estaba roja cual tomate— estoy enamorada de ti.

Bendecido por la muerte [Kaishin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora