Scorpius empuja delicadamente la puerta del despacho de su padre y se asoma para mirar hacia adentro antes de ingresar. Frente al escritorio, el mayor escribía tan concentrado en un pergamino, que no levanta la vista cuando su hijo camina hasta él.
—Se toca la puerta antes de entrar, Scorpius. -le dice, sin mirarlo.
El pequeño Malfoy rueda los ojos, demasiado acostumbrado a las correcciones de su padre, y toma asiento en la butaca del otro lado del escritorio.
—Para la próxima lo hago, sin falta. -promete. Draco entonces sube la vista hacia él y le mira con una media sonrisa y las cejas en alto.
—Termino esto y estaré listo para que cenemos ¿bien?
Scorpius asiente mientras se inclina sobre el escritorio para espiar lo que su padre hacía.
—¿Qué haces, padre?
—Le solicito a uno de mis socios un par de documentos importantes -responde, doblando el pergamino en dos para meterlo dentro de un sobre. —¿Tienes listo el baúl?
—Claro, lo hice hoy en la mañana.
—Bien, revísalo bien porque no te enviaré nada que se te haya quedado.
Scorpius suspira con exagerada resignación.
—Eres tan cruel, padre. -bromea. El mayor resopla, incorporándose para caminar hasta una lechuza que descansaba en el alfeizar y atar la carta en una de las patas de ésta.
Scorpius se remueve en su silla y se pregunta si es buen momento para hacer su petición. Decide que sí.
—Padre, me preguntaba si puedo ir esta noche a dormir a la casa de Albus. -dice, pero no recibe una respuesta inmediata. Su padre continúa tranquilamente preparando a la lechuza para que partiese. Cuando finalmente le abre la ventana y el ave se pierde, entonces se voltea y le mira con una ceja en alto. Sin embargo, sigue sin decir nada, así que Scorp se ve en la necesidad de agregar que —El señor Potter está al tanto, y dice que no hay problemas con ello.
—¿Y qué hay de Ginevra?
—¿La señora Potter? Está en Italia, la temporada de quidditch está por empezar.
Su padre entonces vuelve al escritorio, pero no se sienta en la silla, sino que se deja caer en uno de los bordes del mueble, y lo mira desde ahí, medio sentado con los brazos cruzados.
—¿Para qué quieres ir? Mañana empiezas el quinto curso, creí que querías pasar conmigo tu último día. -luego añade, fingiendo que está herido—Debo suponer que cuando estás allá me extrañas, aunque sea un poco.
—Pero si nos veremos en la mañana, cuando me vayas a despedir antes de tomar el expreso a Hogwarts -se aclara la garganta —Y cuando me lleves mis cosas. -agrega, un poquito más rápido.
Draco le dedica una mirada incrédula y luego suelta una carcajada.
—O sea que tú te vas de fiesta y luego yo debo llevar tu baúl a la estación.
Scorpius medio asiente porque bueno, es justo lo que acaba de decirle.
—Bien, si no te quieres despedir de mí... -deja la frase al aire.
—No dije eso.
—De todas formas, no nos vamos de fiesta, solo seremos Al y yo. Creemos que sería genial pasar la noche juntos antes de entrar a clases. -se explica.
—Scorpius, en Hogwarts comparten habitación. ¿Cuál es la diferencia?
Scorpius suspira.
—Están los otros chicos y no podemos hablar de ciertas cosas.
ESTÁS LEYENDO
Fictober | Drarry y otros ships.
FanfictionUna historia diferente para cada día de octubre, según reto del grupo de facebook Wizarding Shippers. El reto consiste en escribir distintas historias en base a palabras diarias.