Harry y Ron no solo estaban rompiendo el toque de queda, sino que además estaban infringiendo las leyes del mundo mágico.
Al igual que su padre, su padrino y Pettigrew, escondidos en un salón vació del último piso, intentaban llevar a cabo una transformación animaga.
La idea había surgido en cuarto año, cuando Voldemort regresó. Harry y Ron creyeron que podía ser muy útil ser animagos sin registrar. Y es que al traicionero de "Colagusano" le había jugado muy a su favor, y a Sirius, pese a todo, le había servido para escapar de Azkaban y conseguir moverse por las calles sin tantas preocupaciones.
Hermione, por supuesto, en primera instancia estuvo totalmente en contra, y a pesar de que aun era reacia a que llevaran a cabo la transformación, los ayudó mucho a investigar sobre el tema.
Dos años después, al fin, habían conseguido realizar todo el proceso que conllevaba tal metamorfosis. Había sido difícil y tortuoso, no solo porque ambos tuvieron que llevar durante un mes una hoja de mandrágora en la boca, sino que la búsqueda de materiales y realizar los conjuros tanto por la mañana como por la noche sin que nadie más se diese cuenta, aportaron su cuota de destreza.
Esa noche finalmente había tormenta, así que si no lo hacían ese día, tendrían que empezar todo otra vez. Y no podían perder esa oportunidad.
—Primero yo y luego tú. -propone Harry —Puede que uno necesite ayuda y es importante que el otro esté con la forma humana para eso.
Ron asiente, de acuerdo.
—Bien. Déjame la capa y prepárate. Me iré a sentar por allá -apunta hacia una de las esquinas del salón —para que tengas espacio por si te conviertes en algo más o menos grande -y con cara de burla agrega: —Aunque lo dudo.
—Que chistoso, Ron -Harry agita su varita para amontonar todos los pupitres en el otro extremo del salón. —De todas formas, creo que me transformaré en un ciervo.
—¿Por tu patronus?
—Sí. Es común que eso pase.
—Dudo que el patronus de Skeeter sea un escarabajo. -opina —Pero tienes razón. Puede ser que de transformes en un ciervo.
—Bien. Estoy listo.
Si bien Harry se sentía confiado al cumplir todos los pasos necesarios para que la transformación fuese exitosa, no puede evitar que los nervios lo embarguen. Las consecuencias podían ser graves e irreparables, sin embargo, era un riesgo que tenía que correr.
Con un suspiro final, recita el conjuro por última vez y se bebe la poción.
Inmediatamente siente el cuerpo caliente y una corriente que corre por todas sus células, causándole escalofríos. Baja la vista para ver su torso y sus piernas, pero no hay nada distinto con él, así que mira hacia Ron y es en ese instante que siente que todo su cuerpo es succionado hacia abajo, como si lo comprimieran o como si intentaran encerrarlo en una diminuta caja que obviamente no es de su tamaño. Es la sensación más extraña que ha sentido nunca, ni siquiera similar a lo que se siente cuando se bebe poción multijugos.
De pronto, a una velocidad vertiginosa, va perdiendo altura, su espalda se dobla hacia adelante y en la parte baja de ésta, algo empuja por salir. Cree que será doloroso pero antes de darse cuenta, está en cuatro patas, ya no lleva gafas y algo en su trasero se mueve de a lado a lado, y por ridículo que sonara, siente que tiene el control sobre ese algo.
—¡Harry! -escucha a Ron gritar desde alguna parte, y cuando se acerca su amigo ya no mide un par de centímetros más que él sino que le parece un gigante. —¿Estás bien? ¿Te ha dolido? ¡Funcionó!
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Fictober | Drarry y otros ships.
Fiksi PenggemarUna historia diferente para cada día de octubre, según reto del grupo de facebook Wizarding Shippers. El reto consiste en escribir distintas historias en base a palabras diarias.