Infinity |Larry Stylinson| [1]

Capítulo 11.

Tal como lo había indicado su padre, ese día se había marchado.

Louis cuando llegó después de la escuela y no sintió la televisión encendida y tampoco vió a su padre cerca, se había sentido envuelto en una paz indescriptible.

El silencio le agradaba, nunca lo había admitido pero amaba cualquier sonido que fuera natural y el silencio era parte de eso.

Louis enciende la luz del pasillo camino a su habitación y mira a su alrededor, miérda, de verdad estaba solo.

Una sonrisa se forma en sus labios y conecta su celular al pequeño reproductor de música que tenía en su habitación, una canción de uno de sus artistas favoritos comienza a reproducirse.

Se mira en el espejo y comienza a desvestirse, quita la camiseta a través de su cabeza y mira su cuerpo en su espejo, sonríe y cierra sus ojos para luego mover su cabeza de lado a lado al ritmo de la canción.

Desbrocha sus pantalones y se los quita para ponerse el buzo que usaba de pijama.

—I'm losing myself in you— canta con suavidad y se estira sobre su cama, dios, que buenísima sensación estaba teniendo.

Cierra sus ojos y pone las palmas de sus manos detrás de su cabeza, mueve sus pies de un lado a otro y sentía que había vuelto a su infancia otra vez, muerde su labio inferior y vuelve a levantarse de su cama, toma un lápiz de su lapicero y lo lleva a sus labios.

Comienza a hacer Lip sync y se mira en el espejo, mueve su cuerpo como si estuviera dando un concierto.

Un sonido en su ventana lo hace quedarse quieto en su lugar, se acerca a ella y la abre, Harry estaba del otro lado, tenía una sonrisa burlesca en sus labios y Louis lo entiende.

Lo había visto todo.

Se mira a sí mismo y se encoge de hombros, le hace un gesto con su cabeza y Harry va a dejar su bicicleta en la parte trasera de la casa de Louis.

Trota hacia la entrada y deja un beso rápido en los labios del castaño para luego entrar.

Harry sabía el camino de memoria, no había ido en los últimos años, pero si iba con frecuencia cuando era pequeño.

Mira la habitación de Louis y lo cambiada que estaba, se sienta en su cama y recuerda lo cómoda que era.

Louis entra detrás de él y la música comienza a retumbar otra vez entre las paredes de la habitación del ojiazul.

Harry se concentra en la canción de Yungblud y sonríe para luego mirar a Louis.

—Parents es rebeldía pura— Louis lame sus labios y salta cerca de Harry.

Tiende su mano hacia a Harry y canta a la par de la canción.

—¡Hi! Nice to meet ya— el ojiverde ríe y toma la mano de Louis para luego jalarlo cerca de él, rosa su nariz contra la suya y luego deja un casto beso sobre sus labios.

Louis se sienta a su lado y apoya su espalda contra la pared, palmea sus piernas y Harry lo entiende al instante.

Se sienta sobre las piernas de Louis y este rodea con sus brazos la cintura del ojiverde, Harry descansa su frente contra la de Louis y se quedan con ese momento grabado en sus memorias.

Ambos en el cuarto de Louis escuchando música y sintiéndose a salvo en los brazos del otro, sintiéndose en su hogar.

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—Panqueques para el chico más bonito del mundo— deja un beso en la mejilla de Harry y pone el plato frente a él, el ojiverde ríe ante eso y se lleva un panqueque a la boca.

Cierra sus ojos sintiendo el agradable sabor en sus papilas gustativas.

—Había olvidado lo bueno que eres cocinando— Louis baja la mirada ante eso, recibir halados por parte de Harry lo hacía sentir nervioso.

—Exageras— también le da un mordisco a uno y abre sus ojos sorprendido— okay, okay, creo que no exageras.

Harry echa su cabeza hacia atrás mientras reía con fuerza, el rizado se quedaría esa noche a dormir con Louis, estaba todo planeado y estaban emocionados por eso.

Habían dormido muchísimas veces juntos, pero les emocionaba seguir durmiendo juntos, era algo que les gustaba muchísimo.

Harry toma un poco de jugo y luego apoya su mejilla sobre la palma de su mano, mira fijamente a Louis, admirando la pequeña sonrisa en sus labios, sus mejillas rojas y sus largas pestañas.

Sus ojitos tenían un brillo especial y se veía sano, su cabello había retomado el brillo perdido.

Louis Tomlison era arte, era la persona más preciosa que había visto y le encantaba verlo así de felíz.

Siente una patada en una de sus piernas y un quejido sale de sus labios.

—Come, deja de mirarme— Harry niega con su cabeza y sigue con la mirada puesta sobre Louis, este rueda los ojos y finalmente termima cubriendo su rostro con sus manos.

Miérda, lo amaba tanto.