Capítulo 13.

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Harry estaba confundido, sus mensajes y llamadas no eran contestadas por parte de Louis, ¿había hecho algo malo el día anterior? ¿estaba molesto porque se fué y no lo despertó? No lo entendía y eso realmente le preocupaba.

Muerde su labio inferior con fuerza pensando en qué hacer.

Qué más daba, toma las llaves de su hogar y sale del lugar, prefería ir caminando así también despejaba su mente de todos los posible escenarios negativos.

La brisa marina golpea su rostro y eso lo hace sentir como en casa, por un momento una sonrisa se forma en sus labios.

El camino al hogar de Louis se le hizo relativamente corto y cuando comenzó a escuchar música la cual aumentaba con cada paso que daba no puede evitar fruncir su ceño.

Se introduce entre todos los botes que tenían que reparar y puede ver como Louis reía junto a su padre, ambos ponen su vista sobre el ojiverde y aunque este no lo pudo notar, había pánico en los ojos del ojiazul.

El castaño le hace un gesto a su padre y trota hacia Harry.

Este rápidamente intenta hablar buscando respuestas.

—¿Qué sucede? ¿por qué llegó antes?—Harry mira el golpe en su rostro y el pánico se hace presente en sus facciones, Louis evita las preguntas y niega con su cabeza.

—Por favor vete, haz como si te hubiera dicho algo que te haya dolido, manténte lejos de mí hasta final de año— Louis habla rápidamente, no tenía tiempo— te juro que estaremos bien, confía en mí.

Harry traga en seco y ve como Louis se aleja de él, el ojiverde mira hacia el suelo y da media vuelta para irse, lo último que logra ver es como el padre de Louis palmea uno de los hombros del castaño.

Como si estuviera felicitándolo.

Harry pasa una de sus manos por su rostro y logra entender que todo se había ido a la miérda.

El padre de Louis lo sabía.

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Habían pasado un par de meses y tal como Louis se lo había pedido se había mantenido alejado, pero su corazón se oprimía con cada segundo que pasaba, lo extrañaba tanto y se aferraba a los recuerdos.

El ojiverde estaba sentado en el suelo de su balcón, viendo el horizonte a través de este, su ojos se perdían en el bello atardecer.

Un escalofrío recorre su espalda y baja la mirada hacia su pecho, entre sus dedos toma el collar a juego que le había regalado Louis para su cumpleaños.

Un suave sollozo escapa de sus labios y retiene el siguiente mordiendo su labio inferior, ¿por qué todo tenía que ser tan injusto? No le habían hecho daño a nadie, sólo... Sólo se amaban ¿por qué eso parecía molestarle a los demás?

¿Desde cuándo amar estaba mal? No lo entendía, realmente no lo hacía.

Con sus dedos seca su mejillas y sacude su cabeza, Louis era valiente y él también tenía que hacerlo, debía aguantar, podía hacerlo.

El sol termina por esconderse y la noche cae, el ojiverde no tenía intenciones de moverse, su mirada esta vez se dirige hasta el cielo, estaba depejado y ya se notaban muchísimas estrellas.

Trata de buscar paz en ellas y logra conseguirlo por un segundo, el característico viento helado se hace presente y Harry decide que es momento de irse a la cama.

Cuado abre las puertas de su balcón no puede evitar dar una última mirada al frente de su casa con la estúpida esperanza de que quizás Louis aparecería.

Sonríe tristemente cuando nota que no pasaría, entra a su cuarto y cierra su balcón detrás de sí, le pone seguro y se va directamente a su cama, abraza una de sus almohadas y entierra su rostro en esta.

Todo estaría bien, estaba seguro.

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Louis se aparta de su ventana y la cierra con cuidado, amaba mirar las estrellas pero el frío siempre le recordaba que no podía quedarse haciéndolo durante toda la noche, se enfermaría.

Cierra las cortinas y se acuesta en su cama, mira el calendario que había puesto en su pared y ansiaba que cada día se pasara rápido, la cuenta regresiva se le estaba haciendo eterna, sólo tenía que terminar el año y se iría, se iría con el amor de su vida tan jodidamente lejos en dónde nadie pudiera encontrarlos y jamás dañarlos otra vez.

Cada noche al cerrar sus ojos se imaginaba esa vida junto a Harry, anhelaba ver su sonrisa junto a sus ojos brillantes otra vez, pero se aferraba a la idea de que estaba bien, en la escuela solía verlo a la distancia y podía confirmarlo por sí mismo.

Aunque como alguna vez Louis fingió que estaba bien, estaba vez Harry estaba fingiendo, fingía tan bien que no se le notaba.

Nadie notó como el brillo de sus ojos había desaparecido o como sus sonrisas ya no eran verdaderas, nadie notó que siempre estaba con sus manos entrelazadas porque extrañaba la sensación de la mano de Louis unida a la suya.

Absolutamente nadie lo había notado.

Infinity |Larry Stylinson| [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora